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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"Judith", de Jean Giraudoux

Judith, obra producida en su día para Estudio 1 y emitida con un considerable éxito, es una de las más significativas del dramaturgo francés Jean Giraudoux, desaparecido un año antes de concluir la segunda guerra mundial, aunque su obra, tanto en el mundo de la narrativa como en el del teatro, se ha mantenido con fuerza durante largo tiempo.La realización y adaptación de esta obra para Televisión Española ha corrido a cargo de Alfredo Castellón, y la han interpretado Victoria Vera, Fernando Guillén, Nicolás Dueñas, Antonio Iranzo, Pilar Bayona, Jesús Enguita, Alberto Bove, Rosa Fontana, Lola Lemos, José Luis Lespe y José María Lacoma.

Jean Giraudoux (Bellac 1882, París 1944) es, junto con Paul Claudel, el dramaturgo más sobresaliente de entreguerras, pero, a diferencia del autor del Zapato de raso, el primero conoció una consagración inmediata. Desde que en 19 10 comenzó su carrera diplomática no abandonaría los medios oficiales hasta 1940. Paralelamente, inició su carrera literaria. En 1909 escribió su primera obra, Cuentos provincianos. A partir de entonces y durante once años, el escritor y el hombre de teatro se,darían cita en Giraudoux. Así sucedió en Simón el patético (1910), El penor (1919), Susana y el pacífico (1921), Sigfrido y el limusín (1922; esta obra sería más tarde, en 1928, adaptada al teatro). Giraudoux no rompió sistemáticamente con la tradición teatral. Sólo el refinamiento de su lenguaje, la sutileza de los diálogos y el ambiente poético crearon una distancia entre su teatro y el de otras representaciones normales. Pero, sobre todo, la expresión dramática adquirió en sus obras una conciencia cada vez más clara de la presencia del mal y del conflicto que existen entre el hombre y las fuerzas que le traen y le llevan. En Judith (1931), lo trágico proviene de la tensión entre el destino de un ser legendario destinado al sacrificio y su vocación de mujer feliz.

La obra La guerra de Troya no tuvo tugar (1935) marca la fatalidad y lo absurdo de la guerra. Fue escrita y representada entre los tres anos.que separaban la toma del poder por Hitler y el comienzo de la guerra de España. La guerra dejó de tener para Giraudoux un sentido mítico y se presentó como una tragedia normal y cotidiana. Giraudoux escribió, además, Electra (1937), Ondine (1939), Apolonio de Bellac (1942) y Sodoma y Gomorra (1943).

Como todos los teatros de entreguerras (y éste puede ser también el caso de Pirandello o García Lorca), el teatro de Giraudoux adquirió más tarde tonos de envejecimiento, sobre todo para los jóvenes espectadores. Además, Giraudoux probablemente nunca logró crear personajes densos y autónomos porque concentró todos sus recursos en hacer brillar las palabras y las ideas a través de estos personajes. Su obra póstuma, La loca de Chaillot, estrenada en 1945, le valió el calificativo, adoptado por algunos críticos, de «el Racine de su siglo».

Algunos críticos modernos han interpretado que Giraudoux nos propone también, a través del mito de Judith, triunfadora del general Holofernes en beneficio de su pueblo, unas evidentes formas de reivindicación de la mujer, lo que viene a significar que la sensibilidad de este dramaturgo ya planteaba hace medio siglo la necesidad,de abordar el tema de la mujer, porque, obviamente, Judith no es sólo la recreación del mito clásico, sino también un canto a lo que, al mer.os hasta hace poco, se consideraban virtudes femeninas.

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