Católicos y cineastas

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He leído el artículo que firma Augusto M. Torres, el 19 de julio, sobre Las revistas españolas especializadas, a propósito de las dedicadas al cine. Como quiera que soy hilo del fallecido José María Pérez Lozano, que fue director de Cinestudio, y en el artículo mencionadoPasa a página 10

aparecen datos que pueden inducir a error, quisiera hacer algunas matizaciones.Dice el señor Torres que «los elementos jesuíticos de la redacción, descontentos con el rumbe que comienza a tomar la revista, crean Cinestudio para volver a los orígenes, al "cine mejor para un mundo mejor"». Esta línea no puede mantenerse mucho tiempo, y Cinestudio consigue llegar hasta 1971 convertida en una revista de información general apartada de sus doctrinarios planteamientos iniciales.

De esta forma, pudiera el lector pensar que Cinestudio nacía como una revista de los jesuitas, algo totalmente falso, pues el hecho de que en el número uno aparecieran dos jesultas (Sobrino y Landáburu) en su redacción, compuesta por cinco personas más el director, no significa que contasen con la influencia necesaria, máxime cuando en el número dos el padre Landáburu dejó de ser redactor habitual.

Cinestudio no llega hasta 1971, como indica el artículo, sino que continúa hasta julio de 1973, y no llega a esta fecha como una revista de «información general», sino como la revista española de cine más especializada de su tiempo.

Es cierto que mi padre era católico y que en muchas de sus realizaciones se hacía ver, pero no menos cierto es que durante una dilatada época el mundo del cine guardaba una estrecha relación con grupos religiosos. Había de todo, desde el catolicismo beato hasta el catolicismo progresista.

En fin, creo que con todo esto defiendo no un nombre sino una labor. La gran labor que por el cine hizo José María Pérez Lozano. Con un trasfondo católico, sí, pero también Pudovkin escribía con un trasfondo ideológico y nadie le desmerece. Sorteando dificultades de la dictadura (me viene a la mente la suspensión del programa televisivo Música tres, del que mi padre era guionista, por una canción de Patxi Andion), pero honradamente, porque jamás los que le conocimos, incluso criticándole ideológicamente, dudamos de esa honradez que le convertía en un personaje único./