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La izquierda califica de manipulación las agresiones al presidente de la Diputación valenciana

Las muestras de protesta contra el presidente de la diputación, el socialista Manuel Girona, que el pasado jueves se convirtieron en intentos de agresión por parte de varios centenares de personas concentradas ante el edificio, que pedían su dimisión por la presunta política cultural «catalanista» de la corporación, no se reprodujeron ayer, aunque hasta últimas horas del viernes permanecieron merodeando grupos de personas bajo la vigilancia de la Policía Nacional. Los cuatro detenidos fueron puestos en libertad sin prestar declaración en comisaría.La agresión ha sido calificada por medios políticos de nueva ofensiva contra instituciones con mayoría de izquierda y contra el proceso autonómico para crear una estrategia de tensión que dificulte cualquier entendimiento entre la derecha y la izquierda, de cara a negociar un Estatuto de Autonomía antes de fin de año. Llama la atención que ninguna fuerza política ha respaldado estas acciones, a excepción de la llamada Coordinadora de Entidades Culturales del Reino de Valencia, promotora de las manifestaciones «anticatalanistas», que reclama la dimisión de Girona. En esta coordinadora se encuentra el Grupo de Acción Valencianista (GAV), cuyo presidente, Pascual Martín Villalba, fue condenado recientemente por los tribunales a raíz de querella interpuesta por el filólogo Manuel Sanchís Guarner.

El Partido Socialista del País Valenciano-PSOE, que, junto a los comunistas, dispone de la mayoría en la corporación provincial, ha denunciado estas acciones violentas como «intento de manipulación de la opinión pública por parte de la derecha para distraer al pueblo de los graves problemas que tiene planteados el País Valenciano en materias de paro, terrorismo, negativa francesa de entrada en el Mercado Común y paso de cítricos marroquíes».

El PSPV subraya, asimismo, su coincidencia con «la actividad antidemocrática por parte, de UCD, al abandonar sus delegaciones en el Ayuntamiento de Valencia y su voto negativo por posturas no justificadas al presupuesto extraordinario de la diputación provincial», y concluye recomendando «la necesaria cordura por parte de UCD para que condene estos hechos». Fuentes centristas consultadas por este diario manifestaron que no entraban en valoraciones sobre estas agresiones en tanto no se reúna su dirección.

La diputación provincial atraviesa en estos momentos una crisis después del último pleno extraordinario, en el que, por falta de los dos tercios, al votar en contra el grupo centrista, no resultó aprobado el presupuesto extraordinario de 1.500 millones de pesetas. El portavoz centrista, José Luis Manglano, defendió una propuesta alternativa de setecientos millones, no tramitada previamente por la comisión de Hacienda. A raíz de este bloqueo de UCD, medios de la corporación -donde la izquierda dispone de dieciséis diputados frente a trece centristas- no se descartaba la posible retirada de responsabilidades políticas a los diputados de UCD. Al mismo tiempo resaltaron las tensiones internas de la UCD valenciana, entre una línea dura hegemónica en el ayuntamiento y la diputación, y el ala moderada, que persigue a corto plazo un acuerdo autonómico negociado con socialistas y comunistas y una política de colaboración en las corporaciones.

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