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Entrevista:

"No me siento aislado en el PSOE ni me opuse nunca a la reestructuración política"

«No me siento aislado en el seno de mi partido. En todo momento he tenido el apoyo del mismo, y mis relaciones con sus dirigentes son buenas», ha declarado a EL PAIS Carlos Revilla, presidente de la diputación provincial, en el transcurso de una entrevista celebrada ayer. En los últimos meses se había rumoreado mucho sobre posibles tensiones internas entre el presidente y parte de los diputados provinciales, así como con la ejecutiva de la Federación Socialista Madrileña (FSM), con motivo del retraso con que se realizó la reestructuración política de la diputación, retraso que se achacó en gran parte al señor Revilla.

Carlos Revilla añadió que no se siente cansado en absoluto del cargo que ocupa desde el mes de abril del año anterior, al que calificó como muy interesante. «Ser presidente de la diputación es como dirigir un pequeño gobierno que abarca muchos campos de actuación y exige una visión política que va mucho más allá de la mera solución de problemas coyunturales. Nos encontramos en un proceso de modernización del Estado, de utilización de conceptos y modelos sociales y políticos nuevos, y hay que procurar que esos conceptos estén presentes en cualquier actuación, incluso administrativa. No es caual que el plan de coordinación de obras provinciales se haya elaborado conjuntamente con los alcaldes de cada pueblo, porque las soluciones que se planteen deben hacerse teniendo en cuenta los intereses de toda la provincia en su conjunto. Ese concepto de solidaridad como base que impregne todas las actuaciones es uno de los que más estamos cuidando. Necesitamos alcaldes con comprensión para el debate general de España y no sólo de su municipio particular, y la respuesta obtenida hasta ahora no se ha valorado en todo lo positivo que tiene».Pregunta. Sin embargo, la reestructuración política, concebida como una forma de gobierno de gestión de la diputación más democrática y avanzada, tuvo el reparo del presidente, hasta el punto que en una reunión mantenida a mediados de junio con cuatro diputados socialistas y un comunista, éstos le advirtieron la necesidad de su rápida aprobación, y de que no admitirían más retrasos ni disminución en el contenido de las delegaciones de competencias.

Respuesta. Ese planteamiento no ha existido nunca. Por mi parte, siempre ha existido el convencimiento de que la modernización de las formas de gobierno de la diputación era un paso necesario, y hace ya tiempo que dije públicamente que las corporaciones locales, sobre todo las regidas por la izquierda, tenían la obligación de enriquecer la futura ley de Régimen Local con el ejercicio en la práctica de posturas. descentralizadoras y democráticas.

P. Ha habido otros dos asuntos que originaron momentos de tensión en la izquierda: la negociación del convenio colectivo, del cual el PCE prefirió retirarse por discrepancias serías con la estrategia socialista, y el empecinamiento del presidente por la compra del palacio de Villahermosa, que contó incluso con la desaprobación de los diputados socialistas.

R. El gobierno de la diputación no se desarrolla en base a un programa común, por lo que es normal y bueno que en algunos momentos surjan diferencias entre los grupos políticos. En el convenio, el PSOE se limitó a aplicar su estrategia sindical, diferente de la de los comunistas. Estos prefirieron no participar en la negociación, y los diputados socialistas asumimos la responsabilidad de hacerlo nosotros solos. El tiempo nos ha dado luego la razón, con el afianzamiento del principio de que los convenios deben ser discutidos por las centrales sindicales.

En cuanto al tema del palacio de Villahermosa, hubo diferencias internas en nuestro grupo en torno a distintos aspectos parciales de la operación, aunque la mayoría estuvo de acuerdo en estudiar a fondo las posibilidades de compra del palacio, porque es uno de los edificios adquiribles que presentan mejores condiciones. UCD, por sú parte, se opuso desde el principio, pero creo que por ser una propuesta socialista. Mucho me temo que la nueva propuesta -adquirir el edificio situado enfrente de la clínica de la Concepción- sea rechazada también. Se olvidan que la compra se hace no para fines ornamentales, sino para mejorar la capacidad de gestión de la diputacion.

P. ¿La sustitución de Enrique Castellanos como portavoz ucedista podría mejorar las relaciones entre la mayoría de izquierdas y el grupo de diputados de UCD?

R. Puedo decir que el señor Castellanos no ha contribuido en absoluto a que las relaciones con UCD fueran constructivas y se plantearan en planos definidos. Después de la petición de UCD de convocar un pleno extraordinario para pedir mi dimisión, las relaciones con ellos pasarán por dificultades aún mayores, a menos que se decidan a abandonar esa política de escalada de irresponsabilidades. Las instituciones hay que cuidarlas, llenarlas de contenido y de trabajo, y no se las puede someter a juegos que al ciudadano le resultan chocantes y que no defienden sus intereses.

P. Una de las nuevas delegaciones creadas es la de Urbanismo, un tema en el que la diputación no tiene actualmente competencias, por lo que precisamente su principal labor consistirá en recabarlas a la Administración central. ¿Significa este hecho una revitalización de la diputación provincial como organismo interesado en intervenir en la vida política general del país y, de hecho, la decantación hacia la autonomía de Madrid?

R. Sí; nuestro trabajo en la diputación debe tener presente que en su día las esferas de actuación de que dispone pasarán a ser las futuras conserjerías del gobierno autónomo, y no podemos desatender nuestras obligaciones y el derecho de iniciativa que a las diputaciones confiere la Constitución. Pero tenemos que medir el protagonismo en cuanto al proceso de autogobierno y no anticipar decisiones antes de que se produzca en todos los municipios,una sensibilización acerca del problema. El sentimiento autonómico de los madrileños está por debajo del de otras regiones o nacionalidades, y lo que hemos hecho en este año de gestión es dar pasos que contribuyan a establecer un debate público sobre este tema.

P. Carlos Revilla se ha mostrado en repetidas ocasiones partidario de la autonomía para Madrid. Al margen de intereses de partidos y estrategias políticas, ¿qué ventajas directas reportaría al ciudadano la autonomía?

R. Primero, que nos incorporaríamos al desarrollo de España como un Estado de autonomías, pero también que toda autonomía lleva aparejada una transferencia de recursos económicos y además que permitirá también la oportunidad de ejercer la democracia más directamente, con un mayor nivel de participación.

Se lograría también desmontar el concepto de centralismo vinculado a la provincia de Madrid y que esta provincia siga siendo una reminiscencia del régimen anterior. Que no se haya adecuado su estructura política al modelo del nuevo Estado significa que se siga viendo a Madrid como un sumidero del centralismo. No podemos olvidar que para lograr restablecer el equilibrio entre las distintas comarcas de la provincia es necesario disponer de mecanismos políticos, jurídicos, administrativos y económicos, y que Madrid tendrá que competir con las restantes comunidades en la oferta de atractivos inversores. El restraso en la incorporación al proceso autonómico puede significar un desvío de capitales a las restantes comunidades, lo que agravaría en Madrid el tema del paro. Por último creo que es impensable que una provincia como Madrid, que agrupa al 10% de la población del país y el 27% de los tributos estatales, no cuente en la futura configuración del Senado como cámara de las nacionalidades.

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