Sorpresa en Londres por la rebaja del tipo básico de interés al 16%
El Gobierno británico, en un anuncio inesperado que cogió a la City por sorpresa, decidió ayer reducir en un punto la tasa del interés básico del Banco de Inglaterra, colocada desde noviembre pasado en la cifra récord en la historia bancaria inglesa del 17%.El anuncio se produjo poco después del mediodía, cuando el Gabinete Thatcher estaba reunido todavía con la primera ministra en el número 10 de Downing Street para realizar un estudio a fondo de la política económica británica.
A pesar de que la decisión fue tomada por el Gabinete a finales de la pasada semana y mantenida en secreto, el hecho de que se anunciase en plena reunión del Gabinete ha sido interpretado como el primer síntoma de una suavización por parte del Gobierno Thatcher de la política monetarista seguida, y de la que las altas tasas de interés constituían una de sus piedras angulares.
Sin embargo, fuentes oficiales han manifestado que la decisión de reducir la tasa de interés básico al 16% está motivada únicamente por la contención registrada de la masa monetaria y, por tanto, no se puede hablar de un giro de la política gubernamental.
La decisión, no esperada hasta el próximo otoño, cogió a la City totalmente por sorpresa, y uno de sus primeros efectos fue conseguir una reducción en la cotización de la supervalorada libra frente al dólar, de 2,36 a 2,34 reducción acogida con verdadera satisfacción por los exportadores británicos, para los que la fortaleza de la libra se ha convertido en una verdadera pesadilla.
Desde hace meses, y ante la repercusión de la carestía del dinero en la pequeña y mediana empresa, sindicatos, confederaciones; empresariales y parlamentarios, han estado presionando al Gobierno para conseguir una reducción a los tipos de interés bancario, a los que achacan el altísimo nivel de desempleo que se registra en el país.
Las cifras de paro correspondientes al mes de junio son las más altas producidas en Gran Bretaña desde la década de los treinta: 1.6519.000 desempleados, entre los que se encuentran cerca de 200.000 jóvenes. En el norte de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, la media llega al 10% y, a veces, al 12%.
Al anunciar la primera reducción en el tipo de interés básico desde marzo del pasado año, el Banco de Inglaterra explicó la decisión ante la moderación del crecimiento monetario en junio y una reducción en la demanda crediticia del sector privado.
La medida ha causado satisfacción general en los círculos políticos y económicos londinenses. El laborista Denis Healty, canciller del Exchequer en el Gobierno Callaghan, ha manifestado que esta medida constituye el primer indicio del giro de 180 grados que el Gobierno Thatcher se verá obligado a hacer en su política económica en los próximos meses.
Declaraciones políticas aparte, la realidad es que el Reino Unido tiene que hacer frente a la peoe crisis económica en cincuenta años. A pesar de que Gran Bretaña será, gracias al mar del Norte, autosuficiente en petróleo antes de fin de año, la verdad es que la producción industrial sigue cayendo, el desempleo crece y la mayoría de las industrias se encuentran en graves dificultades económicas. Ni uno solo de los sectores básicos de la economía británica se encuentra en situación boyante, siendo la crisis particularmente grave en los sectores siderúrgico y del automóvil.
El mejor ejemplo de esta situación puede encontrarse en la decisión del gigantesco complejo de comportentes Lucas, que acaba de anunciar que no aceptará nuevas negociaciones salariales para el proximo otoño-invierno, ya que impondrá unas subidas entre el 8% y el 10%. Y es muy probable que esta situación no sea discutida por los sindicatos ante la gravedad de la crisis.
