Margaret Thatcher,
primera ministra británica, se prepara para el verano vistiéndose según marca la moda israelí . La predilección de la jefa del ejecutivo conservador por lo que se fabrica en Jerusalén ha constituido una gran satisfacción para los israelíes. La noticia de que la señora Thatcher había ido en Londres a una boutique en la que se vende sólo ropa hecha en Israel fue divulgada por la televisión, en Jerusalén, como un acontecimiento nacional. Tanta importancia se le ha concedido a esta transacción comercial, que un pequeño problema surgido en la compra -la ropa que eligió la líder tory no se acomodaba a su talla- fue subsanado rápidamente, y horas después de efectuar ella la demanda le fue enviado a Downing Street el conjunto de falda y chaqueta de color negro (la sobriedad es un distintivo de la política conservadora) que ella creía adecuado a su concepto de la estética.
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