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España, sorpresa en el Campeonato de Europa

Italia entró con mal pie en la Eurocopa, a pesar de ser una de las selecciones favoritas para el triunfo final. La hora de la verdad sonó para España impensadamente, con la más dulce de las músicas. Para los italianos y para los españoles la selección de Kubala ha sido una sorpresa. Para los italianos debería ser una amarga realidad la comprobación de que aquel equipo exultante del Mundial argentino, ha perdido imaginación. El punto conseguido por España costó un precio caro. Satrústegui, Asensi, Alesanco y Quini se encuentran lesionados y su alineación para el domingo es dudosa. En parte se ha repetido la historia de 1934, cuando España, tras el primer partido con Italia, tuvo que jugar el desempate con un equipo cuajado de suplentes.

ENVIADO ESPECIAL, A la prensa italiana le sorprendió el juego de España. A la española también. Alguien tenía la intención el jueves por la noche de enviarle un telegrama a Kubala con este texto: «No te lo crees ni tú». Para los italianos, acostumbrados en los últimos tiempos a ver juicios negativos sobre nuestra selección, el juego desplegado en el San Siro, hoy Giuseppe Meazza, les causó auténtica impresión. Tampoco los españoles esperábamos aquel juego sereno y aquella autoridad impuesta por nuestros jugadores desde el comienzo al final del encuentro.Convendría, no obstante, desde la óptica española, no lanzar las campanas al vuelo, porque el partido frente a Italia podría ser un espejismo. Por lo que se ha visto hasta ahora, en todos los partidos celebrados no existe una sola selección que se escape del tono medio general. Ahí están los resultados mínimos obtenidos por alemanes y holandeses, y los dos empates del grupo de España. Pero con todo, la irregularidad del equipo de Kubala solamente enmendada en parte en Dinamarca, hace temer un descalabro en el momento menos oportuno, como podría ser el del domingo ante los belgas.

Italia, para el siguiente encuentro, modificará el equipo. Causio ha perdido aquella centelleante internada que tenía. Se ha acomodado a un lugar menos incisivo, quizá porque ha perdido parte de sus reflejos. Bettega no fue capaz de imponerse a Tendillo, a pesar de que trató de sacarle de su demarcación para tener más espacio para maniobrar. Quizá la mejor condición exhibida no sólo por Tendillo, sino por el resto de los defensas, fue el no caer en la trampa del trastoque de la línea deseado por los italianos. Los defensas españoles aguardaron con habilidad en sus lugares respectivos la llegada de los atacantes adversarios y les cortaron el paso con seguridad.

Zamora, que tuvo una laguna de un cuarto de hora, quizá porque no se acababa de creer sus excelentes condiciones de conductor del equipo, se mostró magnífico después. Asensi puso serenidad, y Saura, un esfuerzo y una honradez ejemplares. El empate fue producto del sacrificio de los jugadores españoles, sacrificio del que no estuvieron ausentes Dani y Satrústegui, e incluso, Juanito, que no trató de jugar él sólo. Quini fue el menos brillante, pero también contribuyó cuanto pudo.

Cuatro lesionados son demasiados para la primera confrontación. Italia tuvo que recurrir en exceso al juego duro, y gracias a eso pudo impedir que España se impusiera definitivamente. Aquella arrancada de Zamora en el segundo tiempo, cortada por un hachazo, pudo haber sido el premio final para un equipo que supo imponerse al ambiente y a su propia condición de supuesto comparsa.

Ahora el panorama futuro ha cambiado radicalmente, Inglaterra e Italia, los dos conjuntos favoritos del grupo, no tienen ventaja alguna para lograr el pase a los partidos decisivos. De entrada, España o Bélgica, cualquiera de los dos que logre la victoria, tendrá grandes posibilidades de obtener al menos el segundo puesto. Inglaterra e Italia han fallado el primer golpe. El domingo se enfrentarán en Turín y necesitarán el triunfo para seguir aspirando al triunfo final. Un empate, que en otras circunstancias quizá les hubiera convenido, no les sirve de gran cosa. De cualquier manera, el campo de la especulación puede conducirnos a un callejón cuya única salida podría ser la clasificación por goles. A estas alturas, y tras lo visto en ambos encuentros, no es descabellado pensar hasta en el cuádruple empate.

Mejora el ambiente español

El ambiente en el hotel de la concentración española ha cambiado radicalmente. Incluso los suplentes han comenzado a aceptar su desplazamiento. Los nervios por los constantes rumores sobre posibles fichajes, aunque no han finalizado, han comenzado a ceder. No obstante, para el domingo tienen anunciada su llegada los vicepresidentes barcelonistas Gaspar y Casaus, y aún se espera que lancen sus redes sobre Arconada, Urruti o Zamora, que parecen son los hombres que aún les queda por contratar.

Arconada, según manifiesta, se encuentra a gusto en la Real y no tiene como ambición el cambio de club. No ve como imposible, sin embargo, su traspaso al Athlétic de Bilbao, operación que sí podría entrar en los cálculos de Orbegozo, presidente del club donostiarra. El empate con Italia y las perspectivas de la Eurocopa se han impuesto prácticamente, y las operaciones de compraventa han pasado a un segundo plano.

La anécdota del primer partido la protagonizó Tendillo. El y Alesanco fueron los designados para pasar por la sala del control antidoping. El bilbaíno tardó un poco en llenar el vaso sanitario, pero Tendillo tuvo a los médicos, un italiano y un checo, esperándole pacientemente cerca de hora y media. Los médicos, cuando advirtieron la edad del defensa valencianista, se explicaron el retraso. Le hicieron ingerir abundante líquido, pero no lograron su objetivo con la rapidez deseada. Al parecer, los más lentos en el control está demostrado que son los jóvenes. Efectivamente, los italianos designados más vetaranos cumplieron con su obligación de manera instantánea.

Tendillo, que se ha convertido en uno de los personajes de la Eurocopa, sigue sin saber si finalmente podrá alinearse frente a Inglaterra, porque para el día anterior tiene prevista su incorporación como voluntario al servicio militar. La federación está haciendo una vez más gestiones para retrasarla.

Hoy, dos partidos

Hoy en Nápoles y Roma vuelven a entrar en liza los equipos del grupo primero. En Nápoles se enfrentarán los dos teóricos ganadores, Alemania y Holanda -el partido será transmitido por TVE-2 a las 17.45 horas- Ambas selecciones son las únicas que han obtenido la victoria hasta el momento, pero tanto una como otra encontraron más dificultades de las previstas para batir a checos y griegos.

Holanda ha bajado muchos enteros con respecto a los pasados Campeonatos Mundiales de Alemania y Argentina, y es, a priori, inferior a la selección germana, que ha hecho el relevo de sus grandes estrellas del pasado inmediato con mayor fortuna. Los alemanes han reconfirmado con tan sólo una actuación su destacada situación en los pronósticos.

RFA: Schumacher (l); Kaltz (20), B. Foerster (4), Stielike (15), Dietz (5); Schuster (6), Briegel (2), Hansi Muller (10); Rummenige (8), Hrubesch (9) y Allofs (I l). Suplentes: Junghauns (2l), Zimmerman (16), Magath (14), Cullman (3) y Del Haye (17).

Holanda: Schrijvers (l); Winjsteker (2), Van de Korput (3), Krol (5), Hovenkamp (4); Stevens (15), Haan (10), Willy van de Kerkhof (8); Rep (12), Kist (9) y René van de Kerkhof (7). Suplentes: Doesburg (16), Brandts (21), Nanninga (13), Veijsen (17) y Thijsen (18).

Alemania debe pasar el partido para el primer puesto, porque de vencer a Holanda tendrá como último escollo a Grecia, que no debe ser enemigo temible. El encuentro de Roma entre checos y griegos es, en la jornada de hoy, prácticamente de relleno. Sólo debe servir para confirmar a los helenos en el último puesto.

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