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No hay ninguno

José Angel Iríbar, el mejor portero español de los últimos cuarenta años, poseedor del récord de partidos internacionales, el único que resistía comparación con Ricardo Zamora, el hombre que consiguió la admiración de la mayor parte del mundo futbolístico, el único jugador en activo de la selección que ganó a la URSS la Copa de Europa de Naciones en 1964, ha abandonado el fútbol.El Athlétic quería dedicarle un homenaje en el último partido de Liga, pero Iríbar ha renunciado a ello. Según todas las previsiones ya no volverá a estar ante el público de San Marnés en competición oficial. Iríbar se ha ido del fútbol silenciosamente, tras haber sido un auténtico ídolo. El público de San Mamés le debe su último «Como Iríbar no hay ninguno ». Como deportista ha sido una de las mayores glorias del deporte vasco.Hace unos años se decía que el Athlétic eran Iríbar y diez más, y la afirmación no podía entenderse como vejatoria para sus compañeros, porque era producto de una sublimación del personaje. Su comportamiento en los terrenos de juego fue ejemplar. Hasta su silenciosa despedida ha sido, como Telmo, zarraonaindía, es decir: viejo, grande y bueno. Iríbar es ya una nostalgia. A muchos dentro de algunos años aún nos sonará, con el aplauso a cualquier guardameta, el «Como Iríbar no hay ninguno».

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