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El Barcelona tocó fondo en la Recopa

Empezó bien el Barcelona, con dos excelentes jugadas de Esteban, que arrancaba de la posición de teórico delantero centro -es el hombre que sustituye a Roberto, cuya inscripción no llegó a tiempo a la UEFA para este partido- para meterse por la banda derecha y centrar con peligro. A los cuatro minutos, el Barcelona había provocado por este sistema dos situaciones de gol y creado cierto nerviosismo entre los defensas del Valencia, que entre jugada y jugada se hacían señas y reproches entre sí. En general, el Barcelona mostró durante toda la primera parte una interesante capacidad para la rotación de puestos entre media y ataque, y el Valencia llegó a desconcertarse en algunos momentos. El problema para el Barcelona era la falta de un rematador que surgiera en esos momentos para anotar el gol. Hay que insistir, Una vez más, en el disparate que ha supuesto la baja por parte de la directiva del Barcelona de Krankl y Heredia, dos fenomenales jugadores de área.El Valencia, a la contra

El Valencia jugaba a la contra. Atrás, cuando se rehacía de las angustias que frecuentemente le hacía pasar el Barcelona y se encontraba en posición del balón, trataba de contraatacar con muy pocos hombres. Solsona y Subirats abrían el balón hacia algunas de las bandas, donde Bonhof, Saura o Pablo intentaban seguir la jugada. Kempes, arriba, solitario, estaba a la caza de lo que pudiera caer, pero en todo el primer tiempo el Valencia no consiguió crear más que una ocasión, en un cabezazo de Saura bien detenido por Artola. Cierto es que tampoco el Barcelona tiró casi nunca con peligro para Pereira; sólo un gran cañonazo de Simonssen, en el minuto 40, pudo traducirse en gol.

El Valencia dejó medio resuelta la eliminatoria con el Barcelona en el Camp Nou. Los azulgranas cargaron con el peso del partido, pero la ausencia de un delantero centró se notó mucho y se tradujo en una marca de incapacidad para golear. El Valencia hizo un partido defensivo, adornado con contraataques inteligentes, y puede decirse que las pocas ocasiones de gol que creó fueron más claras que las del Barcelona, que siempre llegaron en confusos tumultos en el área de Pereira.

La segunda parte comenzó con las mismas características de la primera. Ninguno de los dos equipos introdujo en el descanso el cambio de ningún hombre, ni tampoco su sistema táctico. A los cinco minutos de esta segunda mitad, el Valencia cazó, al fin, un gol, en un precioso contraataque en el que el movimiento de desmarque de Kempes abrió un claro pasillo para la penetración de Pablo, que machacó a Artola. El gol Complicaba especialmente las cosas al Barcelona, tanto por el valor especial que tienen los goles conseguidos en campo contrario, como por la incapacidad que el Barcelona estaba mostrando para llegar a puerta.

Tras diez minutos de anonadamiento de su equipo, Rifé se decidió a dar entrada al joven y hábil Carrasco, en sustitución de Rexach, cuyos movimientos parsimoniosos no eran los ideales para abrir resquicios en la defensa del Valencia. Junto a Carrasco entró en el equipo Estella, en sustitución de Sánchez, que se mostraba algo agotado. La presencia de Carrasco alegró el partido y multiplicó por varios enteros las posibilidades de gol del Barcelona. Durante sus primeros minutos en el campo, sus jugadas peligrosas fueron casi continuas, pero sus centros siempre morían en el borde del área chica, por la falta de rematador. El Valencia se vio obligado a sacar a su líbero, Tendillo, a la banda de Carrasco, a fin de reforzar a Botubot, y a meter definitivamente a sus centrocampistas Bonhof y Subirats en el área.

Esperanzas azulgranas

El resto del partido se consumió con la esperanza del Barcelona de llegar al gol gracias a alguna de las diabluras de Carrasco y con el Valencia definitivamente encerrado en su área, hasta la que muchas veces bajaba Kempes, al que se pudo ver despejando balones a lo que saliera. En un par de ocasiones, defensas del Valencia salvaron por dos veces consecutivas balones que entraban en la meta, y Pereira tuvo que salir para atrapar centros comprometidos fuera de su área chica, pero el Valencia pudo salvar el cero del marcador. Arriba apenas se dejó ver más, pues en la última media hora del partido no hizo más que tres contraataques, pero aun así Kempes encontró ocasión para meter un gran cañonazo raso, que se escapó fuera por poco. Entre el flamear de pañuelos, gritos de «'Fuera, fuera!», contra Núñez, y con gran parte del público cantando el nombre de Neeskens, al que Núñez dio la baja al final de la temporada pasada, finalizó el partido. Al Barcelona le quedan pocas esperanzas de clasificación y está a punto de tocar fondo en esta triste temporada.

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