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Mejoras en los bancos

El importante esfuerzo que realizaron los bancos para mejorar sus precios fue la única característica que diferenció el comportamiento de la Bolsa en la semana que hoy concluye de las anteriores. Los demás sectores continuaron moviéndose dentro de unos márgenes estrechísimos de negocio, con pequeñas diferencias en los cambios y siendo objeto de la más absoluta indiferencia.En esta ocasión ni tan siquiera el grupo eléctrico fue capaz de salir de la atonía dominante y, a pesar de que miércoles y jueves se contrató con alguna fluidez, los precios apenas se movieron, dando la impresión de que sus niveles actuales de precio cuentan con un amplio consenso, por lo que los especialistas no se esfuerzan en incidir sobre ellos.

Como decíamos, el grupo bancario fue quien se encargó de romper la monotonía, con subidas que en algunos casos resultaban considerables. Ganancias de catorce y dieciséis enteros, como las que protagonizaron el Central y el Santander, no son habituales en los últimos tiempos. El resto, aunque con menos estridencias, acompañaron estas subidas y cerraron la semana con mejoras. En casi todos los casos estos avances carecieron de un apoyo real en el mercado y eran producidos por la acción de las entidades comprando sus propios títulos.

A la hora de analizar tan favorable comportamiento, casi todos los especialistas coincidían en que los buenos ejercicios que presentarán los bancos en sus juntas, y que en algunos casos, como el Popular y el Santander, podrán ser calificados incluso de brillantes, tendrían que ver, si no con las subidas, sí, al menos, con la evidente retirada de papel. En lo que ya no resultaban tan unánimes sus criterios era a la hora de determinar el origen de estas mejoras. Y así, mientras unos se pronunciaban porque las expectativas favorables para estos valores que habría creado la posibilidad de realizar ampliaciones de capital parcialmente liberadas, por incorporación a capital de la cuenta de regularización autorizada en el pasado mes de diciembre, habrían generado cierta corriente compradora, otros señalaban que la causa de las subidas era simplemente la acción de los propios bancos, apoyando sus cotizaciones a la vista del exiguo número de vendedores e intentando llevarlas lo más lejos posible de la cota del 200%.

Por su parte, el mercadillo de letras, como siempre, concitó la atención de los habituales. En las dos sesiones de esta semana se negociaron 103 efectos de características similares a los que en otras ocasiones hemos comentado, esto es, nominales entre las 500.000 y los 2.500.000 pesetas, mientras los descuentos aplicados oscilaban entre el 12,50% para los de menor facial hasta el 13,25% a que se negociaron de salida el jueves los efectos ofertados por el Banesto.

Lo que ha sido muy comentado es la aparente disparidad de criterios que mantienen Banesto pretendiendo vender siempre barato, esto es, con tipos de descuento lo más altos posible, y el resto de las entidades adheridas, que a diario realizan esfuerzos por rebajar los tipos aplicados; en definitiva, por vender más caro. La estrategia del primero parece más ir encaminada a un dominio de este nuevo mercado que a torpedearlo, como en un principio se comentó.

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