Alumnos "almacenados"

En el instituto nacional de bachillerato San Cristóbal de los Angeles, con una capacidad para 840 alumnos, hay matriculados actualmente mil, a costa de transformar en aulas la biblioteca y algunos locales destinados a seminarios. A pesar de esta transformación, quedaron sin atender 150 solicitudes de matrícula. En las aulas de 36 metros cuadrados se «almacenan» cuarenta alumnos.Las instalaciones (gimnasio, laboratorios, etcétera) son insuficientes; el material, escaso o inexistente, y el mobiliario, viejo y deteriorado, amén de la calefacción, que funciona cuando llega el dinero del Ministerio o lo presta la asociación de padres de alumnos, si las instalaciones no están averiadas, cosa no infrecuente.

Los alumnos de los cursos que tienen materias optativas, ante la carencia de profesorado, han tenido que matricularse en grupos que están muy lejos de sus intereses reales.

Desde la iniciación del curso (con un mes de retraso) falta un profesor de francés, que debería atender a seis grupos, con lo que un total de doscientos alumnos aún no han recibido clase de esta asignatura, a no ser tres o cuatro horas que, voluntariamente y sin ninguna compensación económica, quitándolas de su descanso, les ha dedicado la catedrática de la materia; para mayor desgracia de algunos de estos alumnos, su profesora de Geografía e Historia ha sido trasladada a Lugo en comisión de servicio, por lo que tampoco tendrán clases de esta asignatura, al no haber quien la sustituya. Las peticiones formuladas por la dirección del instituto a la Delegación Provincial del Ministerio de Educación para solucionar estos problemas no han dado ningún resultado, y los señores delegado, subdelegado y jefe de personal se han negado a recibir a una comisión de la asociación de padres de alumnos, que trataba de exponer la agobiante situación.

De los 73 alumnos que se examinarán en la convocatoria extraordinaria de enero de las asignaturas pendientes de tercero de BUP, sólo podrán matricularse once en COU, con inglés como idioma, por no haber más plazas ni profesores.

Ante esta grave situación, ¿qué debemos hacer? ¿Resignarnos a que nuestros hijos y alumnos pierdan un año de sus vidas o utilizar medidas de presión (negarnos a pagar el segundo plazo de matrícula, manifestaciones, cortes de tráfico en la carretera de Andalucía, etcétera), incómodas y muy desagradables para todos, y cuyas consecuencias son muy dificiles de preveer?

Presidenta de la Asociación de Padres de Alumnos