_
_
_
_

La delantera del Athlétic desarboló al Madrid

El buen juego de los tres hombres de punta del Athlétic -Dani, Carlos y Argote, en especial este último- bastó para derrotar ampliamente al Madrid. El equipo blanco dejó en San Mamés la imagen de un líder envanecido. Intentó un fútbol preciosista que nunca salió, se vio desbordado atrás por el juego positivo del Athlétic y apenas creó ninguna ocasión de gol.El ala izquierda Rojo-Argote funciona. Senekovitch ha encontrado así la fórmula ideal para no dejar en el banquillo a ninguno de esos dos grandes jugadores. Rojo, a quien ya falta la alegría muscular necesaria a un extremo para desbordar por su banda, sigue siendo un jugador útil por su talento y su excelente toque de balón. Argote, devuelto a la banda y recuperada la confianza en sí mismo. confirma que es un gran extremo, tanto como para mantener dignamente la tradición de fenomenales extremos izquierdos del Athlétic: Gorostiza, Gainza y Rojo. Con un Dani listo, hábil y marrullero en la derecha -consiguió burlar muchas veces a Camacho, hasta el punto de irritarle, y supo, además, poner al árbitro a su favor en su duelo con el defensa madridista, pese a que la mayoría de las faltas las hacia él- y con el resucitado Carlos en el centro de la delantera, el Athlétic tuvo lo suficiente para ganar el partido con holgura. García Remón, que tuvo que resignarse en las jugadas de los tres goles, tuvo mucho trabajo durante toda la tarde, mientras que enfrente Aguirreoa quedaba semiolvidado.

El Madrid se plantó en el campo con suficiencia. Sacaba el balón de atrás con combinaciones pausadas, buscando sabiamente el hueco libre para encaminar el contraataque, pero arriba recurría a las paredes cortas, al fútbol excesivamente técnico, al preciosismo. La defensa del Athlétic, fuerte y atenta -buen hallazgo el lateral Rastrojo y bien colocado siempre Guisasola para acudir al cruce- no pasó apuros para desbaratar todas las combinaciones. Por su parte, el Athlétic mandaba en el partido y obligaba a recular al Madrid, pero los primeros minutos no sirvieron para definir un pronóstico.

Las cosas se complicaron para el Madrid cuando al cuarto de hora se quedó sin su jugador más fuerte, Stielike. El Madrid sin Stielike es un coche con tres cilindros, y, aunque su sustituto García Hernández jugó bien, no pudo suplir la fuerza del alemán. Eso le restó al Madrid posibilidades de salir al contraata que y facilitó la tarea del Athlétic, que tenía menos problemas para hacerse con el centro del campo. El posible peligro que la inclusión de Rojo -que no es precisamente un batallador- en la media debilitase al Athlétic en esta zona quedó así borrado.

Todo quedó, pues, en un duelo entre la delantera del Athlétic y la defensa del Madrid, y pudo largamente el ataque bilbaíno. Dani, ya queda dicho, se lo hizo pasar muy mal a Camacho, pero la verdadera avería la produjo Argote, espléndido en especial en la segunda parte, en la que se asentó, cogió confianza y alegría y bordó magníficas jugadas. García Remón, con salidas arriesgadas y alguna parada bajo los palos retrasó la llegada del gol, pero poco antes del descanso una falta provocada por Dani -fingida más bien- era templada perfectamente sobre la cabeza del propio Dani para dar lugar al primer gol. A los nueve minutos de la segunda mitad, otro centro de Argote era rematado impecablemente por Carlos, un buen delantero centro donde los haya, y el Madrid se derrumbó por completo. Intentó salidas al ataque para remontar un partido que ya estaba perdido, pero no consiguió forzar la defensa vasca por el defecto reseñado más arriba. Argote, con campo libre para sus correrías, levantó varias veces al público de sus asientos, y fue casi milagroso que no llegaran más goles hasta el minuto 86, en el que Sarabia -que acababa de entrar en juego- tomó el balón y con habilidad y furia burló la defensa madridista para marcar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_