El rector de la Complutense basa en razones económicas el cierre del colegio José Antonio
El rector de la Universidad Complutense, Angel Vián, ha basado en razones económicas la decisión de cerrar el Colegio Mayor José Antonio, e instalar en su edificio las oficinas del rectorado.En la extensa nota oficial se niega que exista cualquier tipo de persecución contra los colegios mayores. Tan sólo el encarecimiento de los servicios y la escasa demanda de plazas colegiales han obligado a replantear el tema.
Cuando el actual equipo rector inició su tarea se encontró con siete colegios mayores de fundación complutense, en los que se alojaban menos de ochocientos estudiantes, de los que tan sólo el 40% eran de la Universidad Complutense. Por otra parte, la evolución de la sociedad ha determinado que, si antes bastaba una cota de pensionado para pagar dos salarios, hoy son necesarias tres cuotas para atender un salario medio.
Déficit y subvenciones
La consecuencia de todo ello fue que en 1977 los colegios mayores arrojaron un déficit de 38 millones de pesetas, lo que significa una subvención que supera las 50.000 pesetas por año a cada uno de los 761 residentes. Todo ello en una universidad con 112,00 estudiantes matriculados.A este privilegio, calificado de desorbitante por el rector, se puso fin con el cierre de dos colegios para concentrar la población colegial en los demás y amortizar así algunas plazas de directores, administradores, etcétera. Los cuatro colegios masculinos que permanecían abiertos se encargaron a un único director y se unificaron también los servicios de cocina y comedor, con el fin de reducir costes.
Era, por tanto, inevitable que al pasar el Colegio Mayor José Antonio a depender de la universidad siguiera las normas de los restantes centros. Con 95 estudiantes en un edificio que tiene capacidad para trescientos, y veinticuatro empleados a su servicio, lo que representa una relación residente-trabajador superior a la de un hotel de lujo, no resulta extraño que se cerrase el ejercicio del pasado año con un déficit de dieciséis millones. Sólo su nómina mensual importa 720.000 pesetas. Todo ello hace que el colegio sea económicamente inviable desde el momento en que pierde la subvención primitiva de la Secretaría General del Movimiento, que fue mantenida durante algún tiempo por el Ministerio de Cultura.
El pabellón de gobierno
Por otra parte, la administración de la Universidad Complutense, que abarca una comunidad superior a las 120.000 personas. carece de locales para reunir todos sus servicios. La reciente ruina del pabellón de gobierno ha agudizado estas dificultades al obligar a su casi total desalojo, de forma que las oficinas han tenido que ocupar el edificio Almudena, bloqueando así la instalación de este inmueble de una facultad de Letras y del Instituto de Ciencias de la Educación.Ante estas circunstancias, la junta de gobierno adoptó el acuerdo de trasladar toda su administración al edificio José Antonio, ofreciendo a los estudiantes plaza en los restantes colegios en idéntica situación y dispensándoles del pago de la pensión de un mes por las molestias del traslado.
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