Triunfo centrista en las elecciones legislativas islandesas
La población de Islandia se definió por una opción centrista en las elecciones que acaban de celebrarse. El Partido Progresista (centrista), que dirige Steingrimur Hermansson, obtuvo el mayor número de votos, aumentando sus mandatos en el Parlamento (Alting) de doce a diecisiete. El Partido de la Independencia (burgués), que desde la oposición esperaba cosechar los frutos del descontento originado en una situación económica afectada por una fuerte inflación, apenas ganó un escaño, pasando de veinte a veintiuno.El mayor perdedor fue, sin embargo, el Partido Socialdemócrata, que perdió cuatro de los catorce que tenla hasta ahora. La derrota alcanzó también al partido ubicado más a la izquierda, Unión del Pueblo Socialista (de tendencia marxista), que perdió tres de los catorce escaños que tenía.
Es la primera vez que Islandia realiza elecciones en la época invernal, y ello motivó muchas protestas, ya que una intensa nevada impidió a muchos ciudadanos llegar a las urnas. El plazo de la votación se extendió en un día más.
Hace un año y medio se realizaron elecciones y el resultado significó un duro golpe para el Partido de la Independencia. Se formó entonces un Gobierno de coalición de centro izquierda que duró trece meses. La coalición se rompió al producirse el abandono del Gobierno de los socialdemócratas, por no compartir la política económica que se estaba aplicando para combatir la inflación. En el pasado mes de octubre se decidió la convocatoria a las elecciones que se efectuaron ahora.
El líder triunfador, Hermansson, ha adelantado sus intenciones de formar Gobierno, nuevamente con los socialdemócratas y la Unión del Pueblo Socialista, pero algunos observadores dudan que ello sea posible.
Islandia, situada entre los confines del Atlántico y el Artico, no ha escapado a la crisis económica, y la población de la isla -196.933 habitantes- afronta dificultades similares a las de los países más próximos.
Su importancia estratégica, la participación en la OTAN y la existencia de una base norteamericana en su territorio son motivos de fricciones políticas internas.
En su campaña, los centristas prometieron apoyar la continuación de Islandia en la OTAN. Tres mil setecientos militares norteamericanos están en la base de la Alianza Atlántica en Keflavik, que controla el tráfico aéreo y submarino soviético en el Atlántico Norte.
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