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La selección joven, sin ideas, fracasó ante Dinamarca

Dinamarca dio la teórica sorpresa de ganar a España por dos goles de diferencia, pero en la práctica pudo incluso hacerlo por más. El equipo danés, con ocho hombres en sus filas que juegan en el fútbol belga y holandés, sin excesiva calidad, pero con ese carisma de seriedad típico de la zona, dejó una vez más al desnudo la falta de ideas de la selección. Esta volvió a ser un fiel reflejo de lo que sucede domingo a domingo a nivel de clubes. Ni siquiera la incorporación de los centrocampistas del Spórting de Gijón solucionó algo.El primer tiempo terminó ya con ventaja de un solo gol para Dinamarca, pero fue injusto. Por juego y por ocasiones mereció más. El nuevo equipo de Kubala resultó un fracaso de consideración. Sin juego por los extremos, con un centro de campo en el que no se supo si sobraba Del Bosque o los dos esportinguistas, Joaquín y Mesa, y unos delanteros estáticos hasta la saciedad incluso hombres básicos como Migueli fallaron en la defensa. Sólo la fortuna y el buen hacer de Arconada impidieron el desastre antes de tiempo.

Dinamarca ganó por primera vez a España y lo hizo claramente. No para justificar a la selección, pero, sí para poner las cosas en su sitio, es justo señalar que los daneses no formaron un equipo tan modesto como se dijo. Desde luego fue mucho mejor que aquella Noruega visitante en El Molinón antes del Mundial de Argentina. Aunque no vinieron el ex madridista Jensen o el lesionado barcelonista Simonssen y las otras dos figuras del Ajax, Lervy y Arnessen, ambos compañeros de Henni, sí estuvieron en el húmedo y cuidado césped gaditano (justamente lo contrario del seco y terroso que habrá en Chipre) ocho «extranjeros» más. En el fútbol belga juegan el portero Jensen y el punta izquierda Sorensen, ambos del Brujas; los centrocampistas Martin Olsen, del Racing Whitte, y Nielsenm, el media punta más adelantado del Anderlecht, así como el delantero centro del Loreken, Larsen. En el holandés, el central marcador, Busk, del Maastricht, y el mediocampista Nygaard, del AZ 67.

No es que estos hombres sean unas maravillas del fútbol centroeuropeo, pero sí practican un juego disciplinado, de pase largo y desmarque, en ataque, lo mismo que unos férreos marcajes en defensa. No importó que se juntaran, prácticamente, para este partido, pues formar un bloque homogéneo es muy fácil cuando se habla el mismo idioma futbolístico. Justamente al revés que el fútbol español. Kubala no acertó al sacar a Del Bosque como eje del centro del campo, pues no se entendió con Joaquín y Mesa. Este último fue arrastrado desde su zona izquierda hacia el centro, con lo que se apelotonó aún más la línea. Si a ello se unió el estatismo de los delanteros, especialmente en un López Ufarte sin sitio en la selección, los ataques lógicamente tuvieron que ser individuales y sólo a la espera de un golpe de fortuna.

En la segunda parte, Santillana llegó a estrellar un balón en el poste, como ocasión final de las varias que contó una selección, simplemente con el empuje del que juega en casa. Pero el juego por los extremos siguió brillando por su ausencia, incluso tras la entrada de Carrasco, y fue normal que los daneses apuntillaran el partido en dos contragolpes. Aunque el partido fue de prueba sirvió para demostrar, por ejemplo, que Navajas no es un defensa libre que dé garantía.

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