Fraga afirma que en Alianza Popular no pasa nada

Manuel Fraga Iribarne fue confirmado ayer por la junta directiva nacional como presidente interino de Alianza Popular (AP), hasta la celebración del tercer congreso nacional, en diciembre. Fraga manifestó a EL PAÍS, ayer mismo, en el Congreso, que «en Alianza Popular no pasa nada. Hay tres señores que se han ido y que no han movido un solo militante. Donde pasa es en el resto del país», añadió, «y a la vista está».

Estas afirmaciones del líder aliancista condensan en cierto modo casi todo el contenido de una nota hecha pública ayer tras la reunión de la junta directiva de AP, compuesta por los presidentes regionales y provinciales, los parlamentarios y el comité ejecutivo, y que designaron por unanimidad a Fraga como presidente interino «con una expresa renovación de confianza».Pese a las manifestaciones; del líder, la nota se preocupa por «hacer un amplio llamamiento a todos los militantes y simpatizantes del partido para que por todos los medios defiendan ratifiquen la unidad y la identidad de Alianza Popular».

Previamente, la junta decidió aceptar las dimisiones de Isabel Barroso, Félix Pastor y Carlos Argos, como miembros del comité ejecutivo, «agradeciéndoles los servicios prestados y lamentando que hayan elegido como cauce para sus discrepancias una polémica fuera de los órganos naturales de decisión de Alianza Popular».

El comunicado tiene una segunda parte dedicada a la «situación general de España», en la que AP comienza por reiterar «su grave preocupación por la creciente inseguridad ciudadana que en estos mismos días acusa una nueva y siniestra escalada de terrorismo, con ametrallamientos, secuestros, voladuras, etcétera».

Ataca después la situación económica, que define con «la inversión totalmente frenada, el paro creciente y la crisis de las empresas», y acusa al Gobierno de limitarse «a confesar su impotencia, intentando cargar sus propias culpas al sector exterior y a aumentar de modo irresponsable el gasto público y la presión fiscal».

La nota critica muy asperamente la reunión de la mesa latinoamericana de partidos democráticos que presidía el secuestrado Javier Rupérez y, sin citar expresamente esta reunión, «lamenta que el Gobierno se dedique a frívolas excursiones de política exterior, interviniendo en los asuntos de otros países, en particular los países hermanos de Latinoamérica, olvidando sus propios deberes interiores».

La nota concluye haciendo un llamamiento «a cuantos españoles deseen defender con eficacia la unidad de España, su prestigio exterior, su orden y su ley y la recuperación del desarrollo económico y social», e invita a dejar «la abstención y la confusión actuales, uniéndose para la defensa de España y de su futuro».