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El Madrid elimino al Oporto, pero no convenció

La ilusión de Benito era retirarse del fútbol activo habiendo conseguido un gol decisivo para el Real Madrid. Benito ya puede irse tranquilo a casa porque anoche logró de un magnífico testarazo clasificar a su equipo para la siguiente ronda de la Copa de Europa. Benito ya tiene licencia para todo. Hasta que se retire, el público se lo perdonará todo. Su impecable remate le valdrá el reconocimiento de un público que sufrió como muy pocas veces. El Madrid logró superar al Oporto, pero no consiguió convencer a sus seguidores, porque en ningún momento realizó el fútbol necesario para merecer una buena calificación. El invento de Mi1janic, mientras estuvo en el Madrid, fue colocar a Roberto y Santillana en el centro de la olla para que todo el equipo se dedicase a bombear balones. Su compatriota Boskov no ha sido mas original y todo lo que se le ocurre es plantear un encuentro a base de colgar pelotas hasta que se produzca el milagro del gol.El Madrid no pudo superar en juego al Oporto en el primer tiempo, porque el técnico galo colocó un elástico 4-4-2 que se convertía en un 5-3-2 cuando el Madrid se iba al ataque. Esa tupida defensa aumentó notablemente en el segundo tiempo, y ya entonces sólo podía hablarse en realidad de un 1-10. El Madrid ante esta circunstancia de superdefensiva lusitana no supo serenar el juego, no supo obligar al contrario a que estirase sus líneas para buscar una penetración ventajosa. Fue hasta aburrido ver la insistencia con que una y otra vez todos los jugadores madridistas buscaban las cabezas de Roberto y Santillana.

El Madrid del primer tiempo careció de la suficiente rapidez por las alas y el temple del balón para buscar el marco de Fonseca en condiciones de disparo. En el segundo período, con un Camacho que ya no sube como lo hacía antaño, y un San José que intentaba la carrera por la banda, pero que dejaba escapar a su par con cierta frecuencia, el entrenador madridista recurrió a la sustitución del lateral derecho por García Navajas, medida que le dio fruto ante el Salamanca. Pero anoche, García Navajas se pasó la mayor parte del tiempo solo en la banda sin que nadie se acordase de él. El centro del campo madridista, sin ideas de ningún tipo, se limitaba al bombeo. Los diez defensas portugueses encontraban toda clase de facilidades para despejar el balón. La precipitación hizo presa entre los jugadores madridistas, y todo se complicaba continuamente. Tuvo que surgir la cabeza de Benito para que la eliminatoria quedase resuelta favorablemente.

El Oporto renunció en el segundo período a conseguir algún gol cosa que había intentado con anterioridad por medio de Gomes y Costa, sus hombres más peligrosos Pedroto debió pensar que un Madrid infortunado era incapaz de marcar el gol que le clasificara y optó decididamente por el supercerrojo. Más los hombres del Oporto no se limitaron a estar atrás, sino que presionaron de una manera decidida a todos sus adversarios al estilo del baloncesto Ese pressing constante puso más nervioso todavía al Madrid.

A partir del tanto de Benito, el Oporto intentó, aunque tímidamente, el gol del empate que le era vital, pero para entonces el Madrid ya se había envalentonado y, con coraje, persistía en su ataque. Pero ahora ya eran totalmente distintas las situaciones psíquicas de los contendientes, y los portugueses que habían sobado el balón abundantemente e intentado la pérdida deliberada de tiempo, se encontraban con un Madrid que desde e centro hacia atrás se mostraba se reno y hacia adelante se desmelenaba.

Se repitió la historia de todos los días: ganó el Madrid en el segundo tiempo. Se repitió la película de cada domingo: juego insulso y bombeo incesante de pelotas sobre el área contraria. La fortuna al fin estuvo del lado de quien más la buscó. El Oporto, como suele suceder a quien no sale a ganar, se encontró eliminado en el momento más impensado.

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