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Baloncesto

El Madrid, frenado y superado por el Barcelona

Un Barcelona distinto, serio, disciplinado, equilibrado, ganó, por primera vez en su historia, en la cancha madridista, a un Madrid también distinto, desdibujado y sin encontrarse a sí mismo. Analizando los cuarenta minutos, es justo decir que el domingo el conjunto azulgrana fue superior en más de un punto al Madrid. Su mejor defensa, su acierto para parar el contraataque blanco, su buen planteamiento y la gran actuación de alguno de sus jugadores le llevaron a protagonizar una jornada que hay que calificar de histórica y que le coloca en cabeza de la clasificación.Sorprendió a casi todos el equipo de Serra, ahora azulgrana. Indudablemente, el técnico ha dado un nuevo aire al Barcelona, aunque aún esté lejos de conseguir el mejor rendimiento, ya que hombres importantísimos, como Fernández y Epi, no gozan de buena forma. Serra empezó jugando con las mismas bazas que el Madrid y puso como cinco inicial éste: Solozábal, Flores, Ansa, Sibilio y Guyette. Defensa individual que le permitió darse cuenta de que, como era lógico, Solozábal no podía parar a Corbalán ni Flores a Brabender. La diferencia era sólo de tres puntos (23-20 a los once minutos, y 33.-30, a los quince), pero Serra sabía que algo había que cambiar allí. Planteó una defensa zonal muy bien concebida, y entre Epi y Fernández, que se alternaron, suplieron a Flores. El problema de que Guyette se cargara de faltas lo solucionó airosamente Juan de la Cruz en una acertada y valiente actuación.

Así, en los últimos cinco minutos de esta primera mitad, el Barcelona sumó veinte puntos y, lo que es más importante, se hizo con el mando del partido, porque, además, también el equipo catalán se trajo bien aprendido que si paraba el contraataque del Madrid tenía mucho ganado. Por si fuera poco, se movió con soltura y disciplina en ataque, en donde se nota la mano de Moncho Monsalve, lo que no deja de ser un éxito más de Serra, que, lejos de elegir a un «don nadie» como segundo entrenador, se quedó con un hombre que domina el aspecto técnico del baloncesto moderno.

El Madrid no supo nunca romper de forma definitiva la zona azulgrana. Tuvo que recurrir al contraataque cuando podía, a los tiros de Brabender -mal síntoma para los blancos que todavía tenga que ser él quien resuelva por su cuenta las situaciones- y, al final, a la valentía y el acierto de Llorente en la media distancia, que fue quien permitió la igualdad en el marcador. Su defensa dejó mucho que desear, sin acoplamiento y pocas ayudas. Solozábal anduvo muy suelto y pudo mandar cómodamente desde atrás, a Sibilio y De la Cruz, no se puede defender siempre por detrás porque siempre llevan las de ganar. Se quedó un tanto anclada esa defensa blanca.

Pedro César Ansa y Sibilio fueron las estrellas de un equipo que funcionó bien, pese a que en el segundo tiempo, y cuando cobró ventaja, se mostró conservador primero e inseguro después, como si sus jugadores no se creyesen que podían ganar al Madrid, lo que casi les priva de un triunfo que llegaron a tener en el bolsillo. Buena nota también para Epi, que, para no entrenarse durante la semana, lo hizo muy bien y dio claras muestras de su gran clase. Ansa trabajó bien en defensa y «rompió» en ataque, donde pudo casi siempre con Iturriaga, de cuya actuación, así como de la de Corbalán, dependía mucho el triunfo de su equipo. No tuvieron su día y los blancos sufrieron el descalabro.

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