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El Spórting demostró su condición de líder

El líder estuvo en Vallecas, y aunque pasó apuros en los últimos minutos, demostró con creces su condición de tal. Venció por la mínima diferencia, pero debió hacerlo holgadamente tras jugar con una enorme superioridad táctica y técnica. El Rayo únicamente utilizó el derroche de facultades habitual de los equipos inferiores y cometió el error de no «habilitar» más a Morena, el delantero uruguayo que tocó cinco veces el balón en todo el partido, pero arrancó ovaciones de asombro por su calidad en cada ocasión.El Spórting de Gijón juega con más entidad aún que el año pasado. Tras superar los problemas de los lesionados en la defensa, su centro de campo es aún mejor que entonces y apoya más a la delantera en los ataques. Evidentemente, parece dificil juzgar con exactitud un equipo cuando el rival no ejerce apenas oposición, pero puede hacerse simplemente con los propios movimientos. El Spórting actual se permite el lujo de atacar, no de contraatacar, en el sentido este último más restringido que se le ha dado en fútbol últimamente. Sus avances son en bloque, con cinco y hasta seis hombres en posición. Si ya de entrada alinea a tres delanteros, y se guarda las espaldas con uno de ellos, Quin¡, para ayudar detrás donde haga falta, no tiene ningún reparo en adelantar a sus centrocampistas, Joaquín, David y Mesa, de los que sólo uno, como mucho, queda en su posición teórica de esperar la réplica contraria.

La rapidez, el apoyo y la simplicidad son virtudes que ejemplarizan el fútbol del líder. Todos los hombres en grandes espacios saben desmarcarse y buscar los balones apoyando al campañero. El Spórting ha buscadojugadores con técnica suficiente para practicar esto y la táctica parece haberla perfeccionado Novoa de su antecesor Miera. Si algunas veces el contraataque lo es así, el tradicional, con pase 1,argo a Quini o Ferrero, la mayoría es un apoyo en el pivote, otra vez Quin¡, sobre todo, y tras el pase atrás de éste con bloqueos casi de baloncesto, subida rápida al ataque de hasta cuatro hombres, pues bien Joa quín por la derecha, o Mesa por la izquierda, son capaces de con vertirse en extremos sin ningún reparo. Incluso los dos laterales Ciriaco -ya acostumbrado a recorrer campos en otros puestos menos fijos- o el mismo Uría -otro tanto-, se convierten en los suplentes en cada caso.La superioridad del centro de¡ campo gijonés el domingo fue clarísima. David, un jugador-eje básico en la mejora del Spórting actual, minimizó a Fermín, y tanto Joaquín como Mesa hicieron lo mismo al principio con Rial y Custodio. El primero -como Fermín por Maté- fue sustituido por Clares en la segunda parte, al buscar Héctor Núñez más profundidad -el planteamiento inicial lo hizo con sólo Morena y Manolo-de delanteros- y Custodio fue el único en el que se apoyó el Rayo según avanzó el partido. De todas maneras, en uno de sus «descuidos» vino el centro de Mesa y el gol antológico de Quini, que sentenció el partido. Antes, aunque el primer gol del mismo Quini fue un fallo flagrante de Anero, la verdad es que el tanto pudo venir en cualquier momento. Ferrero empezó a volver loco al defensa, y que no hubiera más frutos, tanto de ello como del resto del juego, se debió al propio convencimiento asturiano de que no hacía falta forzar más la marcha. En realidad, desde que empezó la segunda parte, sobre todo, se notó que el Spórting esperaba únicamente la ocasión propicia para rematar el lance.

El premio rayista a su fuerza y al relativo conservadurismo rival fue el gol, aunque precedido de falta dudosa. A partir de ahí vinieron los agobios para el líder, aunque ya fueron más los ruidos que las nueces. Morena, unjugador que desborda clase en cada acción, siguió tan desasistido como anteriormente, y aun así marcó dos goles en fuera de juego. La cuestión clave que se planteó entonces, aparte de reconocer la superioridad gijonesa, fue esta: «Si Morena jugara en un equipo grande se hinchaba a marcar goles.» Pero Ferrero, por ejemplo, no está en el Rayo.

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