Definitivamente, Víctor Palomo no se retira

El pasado domingo reapareció en el circuito del Jarama el piloto motociclista español Víctor Palomo, ex campeón del mundo de la categoría de 750 cc. Apoyando su increíble delgadez -«las intervenciones quirúrgicas te consumen»- sobre unas muletas, Víctor Palomo se fue al Jarama para, imposibilitado de correr, al menos seguir las carreras de motos desde la tribuna.La última caída, en una temporada francamente desgraciada en cuanto a lesiones se refiere, fue en las 2,4 Horas de Montjuich, donde chocó, a más de doscientos kilómetros por hora, nada más pasar el rasante del circuito, con un participante que cruzaba la pista empujando su moto sin que ninguna bandera lo anunciase. El impacto fue tremendo. La moto quedó partida en dos, y el cuerpo de Víctor Palomo estuvo a punto de sufrir idéntica suerte. Entre otras lesiones de menor importancia, el fémur de su pierna derecha quedó prácticamente reventado. Durante algún tiempo, los médicos temieron el tenerle que cortar la pierna por encima de la rodilla. Por fortuna, el injerto de hueso de la cadera que le practicaron cuajó, y Víctor Palomo pudo salir del gravísimo accidente con profundas huellas sobre su cuerpo, pero con éste completo.

Desgraciadamente para él, cuando descansaba de la lesión en la isla de Ibiza, una muleta resbaló en la hierba y Víctor cayó al suelo, apoyando pesadamente su cuerpo en la pierna lesionada, que volvió a quebrarse dramáticamente. De nuevo al quirófano, de nuevo a luchar contra la posibilidad de tener que retirarse tempranamente de una carrera deportiva plena de éxitos, cuando aún no ha dicho todo lo que puede y tiene que decir en el deporte de las dos ruedas.

Ahora, pese a esa increíble delgadez, acentuada, por su elevada estatura, pese a ese andar balbuciente, supliendo las muletas lo que la pierna, aún no puede. hacer, Víctor Palomo se encamina hacia una temporada en la que quiere recuperar el tiempo perdido. Sin que exista en su menté pensamiento alguno de retirada: «Yo nunca he pensado en retirarme. Ni siquiera cuando, horas después del gravísimo accidente de Montjuich, luchaba contra la posibilidad de que me cortaran la pierna, pensé en ningún momento en el abandono, porque la moto es mi vida y no pienso prescindir de ella.» Pese a lo lento y doloroso de la recuperación, Víctor Palomo se prepara para organizar su próxima temporada, en la que se va a centrar en dos categorías. La de 500 cc., la reina, «porque en ella corren los mejores pilotos del mundo y yo quiero medirme con ellos, con los Kenny Roberts, Barry Sheene, Ferrari, Hartog, Cecotto y un largo etcétera. Y también la de 750 cc, de la que ya he sido campeón del mundo, porqueen la próxima temporada va a haber una reestructuración que promete convertirla en sumamente interesante. En España no sé si correré. Depende del presupuesto, porque la base de mi equipo está en Suiza -centrada, para correr el Continental Circus-; venir a España eleva considerablemente los gastos y a ellos tengo que hacer frente yo, con la ayuda de mis patrocinadores, ya que a mí no me respalda ningún equipo oficial».

Sea como fuere, lo que es seguro es que Víctor Palomo sigue en la competición. Al menos, al máximo nivel en el mundial. Su actividad depende, evidentemente, de las posibles aportaciones que consiga. Pero, al parecer, sus gestiones van por buen camino. Su alargada y elegante figura y su impecable estilo, a veces arriesgado en exceso -lo que le ha costado muchas caídas-, volverán a estar en los circuitos. Pero, no como ahora, como forzoso espectador, sino formando parte activa del espectáculo. Ha tenido que pagar un alto precio por llegar hasta donde ha llegado -su cuerpo es una huella permanente de ello-, por convertirse en uno de los grandes pilotos motociclistas de este país, junto con Nieto, Tormo y Grau, y no piensa renunciar a ello de ninguna manera. Víctor Palomo, pues, sigue en carrera.