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Ambigüedad en la exposición de proyectos políticos

Dedicados a resolver prioritariamente la lucha por el poder, ninguno de los sectores del PSOE ha expuesto con claridad su proyecto político, y no parece fácil que la resolución del Congreso Extraordinario clarifique la cuestión. Del socialismo autogestionario que proclaman las ponencias catalana, madrileña o vasca, a la superación de la «pretendida contradicción entre reforma y revolución» que sostienen las de Sevilla y Córdoba, el conjunto de las propuestas existentes contienen exposiciones generales o bastante ambiguas sobre el proyecto socialista y la estrategia para conseguirlo.

El texto catalán comienza por decir que el objetivo a conseguir es la «socialización efectiva de la propiedad de los medios de producción y de intercambio, defendiendo que la propiedad de dichos medios sea gestionada democráticamente por el conjunto de los trabajadores, que serán todos los ciudadanos de la sociedad socialista». Se establece después que la alternativa del PSOE es el «socialismo autogestionario, plasmación actual de nuestro programa máximo, cuyo objetivo es la construcción de una sociedad sin clases».Y en este punto de la ponencia catalana aparece, de pronto, el nombre de Engels, para decir que «la revolución de la mayoría, de la que habla Engels, implica una política de masas ( ... ) en la que los socialistas, como fuerza mayoritaria de los trabajadores y del pueblo, hemos de impulsar la coagulación de un amplio y mayoritario bloque social contra la dominación capitalista, rechazando el vanguardismo y el sectarismo». Condición indispensable es, en este contexto, «la formación de un amplio frente de los trabajadores, como bloque de clase, agente de las transformaciones revolucionarias », que «en ningún caso podrá basarse en una simple alianza de los partidos de izquierda».

Las ponencias de Sevilla y Córdoba -representativas del sector moderado- también mencionan la «profundización de la democracia» como línea directriz de su acción política, pero, al avanzar en el estudio de la misma, la de Córdoba pone el acento en otras cosas: «la satisfacción de las necesidades inmediatas», dice, «cobra un carácter urgente que no es posible soslayar si se pretende construir un socialismo entre todos». El texto sevillano encuentra el modo de superar la «pretendida contradicción» entre reforma y revolución, a base de la conquista progresiva de poder político y social, y la realización de reformas sociales y políticas que produzcan un cambio en la estructura de la sociedad. Todo ello será posible gracias a un «compromiso por el socialismo» entre la clase trabajadora y los demás sectores populares, aglutinados en torno al PSOE.

Proletariado: ¿el 5%?

Ningún sector socialista proclama, hoy por hoy, la conveniencia de ir de lleno hacia una política interclasista; pero ciertos textos, emanados de federaciones muy moderadas, dedican amplios espacios al análisis de la cuestión. El más detallado se encuentra en la ponencia de Baleares, cuyos redactores nos sorprenden con la afirmación de que el proletariado ya sólo supone el 5% de la población activa española, al identificar el concepto proletariado clásico con el de obreros industriales sin especializar.

Este dato les sirve de fundamento para poner en duda que pueda concebirse hoy un dualismo proletariado/ burguesía, y, en cambio, afirman que existen actualmente una serie de clases intermedias alérgicas a los cambios. ¿Cómo arrastrar al cambio a clases alérgicas a los cambios? Los redactores de la ponencia contestan: «Este es uno de los puntos claves que deberá resolver el PSOE, pues lo cierto y seguro es que no se puede instaurar el socialismo por el camino de la miseria.»

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