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El Centro Cultural Olimpia puede sucumbir por falta de ayuda oficial

Uno de los intentos más interesantes que se ha emprendido en Madrid en los últimos años, la reconversión del viejo cine Olimpia, en el corazón del barrio de Lavapiés, en un centro cultural que potenciara y permitiera la expresión de actividades artísticas y populares de todo el barrio, está a punto de naufragar por el incumplimiento de las promesas del Ministerio de Cultura en cuanto a la concesión de subvenciones económicas. Tampoco el Ayuntamiento, de quien los promotores de la iniciativa esperaban algún apoyo, dadas las continuas alusiones de la mayoría de izquierdas a su preocupación por la cultura, ha respondido hasta ahora a sus peticiones de ayuda.

El cine Olimpia fue comprado a principios del año por el Centro Cultral La Corrala, en colaboración con parte de los miembros del GIT (Grupo Internacional de Teatro). La Corrala utiliza hasta ahora la sala Cadarso como sede para sus montajes de obras teatrales, y en los últimos años han desarrollado una importante labor cultural, de la que dan muestra sus más de cien obras representadas y sus 35.000 socios. La sala Cadarso, sin embargo, ofrece un espacio muy reducido y con nulas posibilidades de incorporar nuevas técnicas escénicas y actividades de otro tipo.Una vez comprado el cine, se entró en negociaciones con el antiguo equipo ministerial de Cultura, concretamente con el Departamento de Difusión Cultural y con la Dirección General de Teatro. Ambos se mostraron muy interesados por la idea, y prometieron conceder subvenciones, escalonadas en el tiempo, hasta entregar los veinte millones de pesetas necesarios para acondicionar la sala. Difusión Cultural concedió 1.500.000 pesetas, y la Dirección General, otros seis millones.

Las obras comenzaron y hasta ahora van muy adelantadas. Está casi terminado el arreglo de camerinos y escenario, se ha metido la nueva instalación eléctrica y se ha comenzado el arreglo del patio de butacas. Aún en plenas obras, el mes pasado se convocó un cursillo de aprendizaje a la música en el que participaron cerca de noventa niños del barrio.

El Ministerio dice no tener dinero

En estos momentos, los promotores de la idea deben cuatro millones de pesetas. El señor De las Heras, nuevo director general de Teatro, que adoptó también una postura muy favorable a los pocos días de su toma de posesión, en mayo, les anunció, a últimos de junio, que lo sentía mucho, pero que el Ministerio no contaba con suficiente dinero para conceder nuevas subvenciones, aunque sí se han concedido a otros grupos de teatro e incluso a empresarios.En un principio, el director general había apuntado dos caminos para conceder la ayuda económica. Mediante la concesión de la subvención directa o, en caso que esto no fuera factible, mediante la firma de un contrato entre el Ministerio y La Corrala, por el cual el primero de ellos tendría a su disposición la posibilidad de utilizar la sala en caso que quisiera montar alguna obra teatral. Al final parece que ninguna de las dos vías han sido posibles.

Muy preocupados por lo que puede ser la bancarrota de una iniciativa importante para una ciudad como Madrid, que no cuenta con una infraestructura cultural en los barrios mínimamente decente, en un momento como el actual, en el que se prevé la desaparición de cuatro teatros más, entre ellos el Barceló, los miembros del Centro Cultural La Corrala intentaron recurrir al Ayuntamiento.

La esperanza se centraba, sobre todo, en la buena disposición que el señor Tierno Galván, en particular, y socialistas y comunistas, en general, han mostrado a lo largo de la campaña electoral y en su etapa de gobierno municipal por los problemas culturales. Fueron recibidos por Eduardo Huertas, delegado de Cultura y antiguo director del Centro Cultural de la Villa, quien les notificó que el Ayuntamiento tampoco tenía dinero, y les prometió llamarles cuando hubiera estudiado el informe que le presentaron.

Hasta ahora no han tenido contestación, y parece ser que la última probabilidad de que el tema se resuelva favorablemente consiste en la ayuda que les pueda prestar el segundo teniente de alcalde, Alonso Puerta, dirigida a sensibilizar a sus compañeros de Corporación ante la importancia de lo que está en juego.

El centro cultural del Olimpia, que cuenta con una amplia sala y un terreno adyacente al aire libre, permitiría la representación de obras de teatro, cine, estudios y cursillos de fotografía, expresión corporal, recitales musicales o poéticos al aire libre, cursos de iniciación a la música y al canto coral para niños, etcétera. Está pensado, además, que el equipo de profesores de música o expertos de todo tipo relacionados con el centro estén, de alguna forma, a disposición de las diferentes entidades ciudadanas o culturales de otros distritos para que la actividad cultural no esté centralizada físicamente en el cine, sino que cada barrio pueda utilizar la infraestructura creada en sus propias iniciativas.

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