Los clubs vascos de Tercera abandonan la competición nacional

Como «el pleno de la información» calificó Pablo Porta, en su discurso, la asamblea general que ayer celebró el fútbol. La asamblea se inició con el incidente protagonizado por el vicepresidente del Carabanchel, Fernández Vela.Los informes económicos presentados por el vicepresidente, adjunto a la presidencia y el tesorero de la Federación, Gregorio Paunero y Adolfo Gil, respectivamente, apenas merecieron atención alguna y, por tanto, se expuso someramente el resultado del ejercicio de 1978, el presupuesto para 1979 y el avance de resultados al 30 de junio de este año. La Federación obtuvo el año pasado un superávit de 2.217.132 pesetas. El presupuesto de la Federación para 1979 se eleva a 1.240.009.230 pesetas, y el del año pasado se concretó en 870.794.440.

La Federación Española cuenta con tres nuevos directivos: Antonio Guasch, presidente de la Federación Catalana, en representación de las Federaciones regionales; Manuel de Irigoyen, presidente del Cádiz, en representación de los clubs de Segunda, y José Marla Romea, presidente del Córdoba, en representación de los de Segunda B. Continúan en sus cargos directivos, ya que han sido reelegidos, en representación de Primera, José Luis Vilaseca, ex directivo del Barcelona; Eugenio Montes, presidente del Sevilla, y Manuel Meler, presidente del Español; en representación de Segunda -única categoría donde hubo necesidad de votación, ya que en las demás se presentaron los mismos candidatos que puestos vacantes-, Antonio Alvarez, presidente del Coruña, y Miguel Monleón, por las Federaciones regionales.

Uno de los temas más debatidos fue el de la distribución de los equipos de los grupos de Tercera División. Los clubs vascos y extremeños anunciaron su renuncia a la categoría, después de que se aprobara la distribución presentada por la Federación y que derrotó, en la votación correspondiente, a las que presentaron dichos clubs y los cántabros. Vascos y algunos extremeños, según la propuesta aprobada, formarían el grupo segundo. Los equipos vascos aducen para su renuncia a la categoría motivos deportivos y políticos. El presidente de la Federación anunció que no adoptaba decisión alguna, por ser la primera vez que unos asambleístas no aceptan una decisión acordada democráticamente. Los clubs extremeños, al final de la asamblea, dieron a conocer un escrito por el que justificaron que se veían forzados a renunciar a la categoría nacional.

Los partidos de Primera se seguirán televisando en directo los domingos. La asamblea aprobó por unanimidad que no se televisen, pero admitió que los clubs cumplan sus compromisos contraídos. Existen compromisos contraídos con RTVE -Madrid y Atlético para televisar partidos- y de la mayoría de los clubs de Primera División con agencias publicitarias, que abonan sus millones condicionados a la retransmisión de encuentros por RTVE. La asamblea decidió formar una comisión que negocie soluciones a este asunto para esta misma temporada. La comisión estará formada por representantes de los clubs, Federación Española, RTVE y agencias de publicidad.

Los representantes de los jugadores en la asamblea, sus asesores jurídicos, que por vez primera intervinieron en ella, accedieron a ciertas rebajas en las normas reguladoras del derecho de retención y fueron aprobadas por los clubs de Primera y Segunda, para los que desde hoy mismo entrarán en vigor. Los Clubs de Segunda B solicitaron tres meses de aplazamiento para su estudio y posterior aprobación. Los representantes de los jugadores accedieron a tal solicitud. El representante de los jugadores accedió a rebajar en un 2% el porcentaje a recibir por los jugadores en el importe de sus traspasos, que se ha fijado en un 15 %; al mismo tiempo, aceptó rebajar en un 0,25% el coeficiente a añadir al aumento del coste del nivel de vida para el incremento de las fichas anuales de los jugadores retenidos. Estos jugadores, si quedan retenidos y su ficha no llega al millón de pesetas, verán incrementada la misma con el coste del nivel de vida y además un 1,75; si la ficha es de uno a tres millones, el coeficiente será de 1,50 y si es superior a los tres millones, será de 1,25.

Francisco Ortiz, representante de los clubs en las negociaciones mantenidas con los organismos competentes y los representantes de los jugadores para la inclusión de éstos en la Seguridad Social, indicó las cifras a las que ésta se elevaría. La Seguridad Social se elevaría, para un club de Primera, a 67.680 pesetas como máximo y 21.450 como mínimo; para los de Segunda, entre 62.850 y 20.130; y para los de Tercera, entre 57.360 y 19.500 pesetas. Anualmente la Seguridad Social supondría 1.920.000 pesetas para los de Primera y 1.695.000 para los de Segunda. No se han fijado para los de Tercera, ya que seguramente contarán con jugadores no profesionales en su plantilla. Cada jugador costará mensualmente a su club, por su ingreso en la Seguridad Social, 5.600 pesetas para los de Primera; 5.200 para los de Segunda, y 4.700 para los de Tercera. El jugador, según la categoría a que corresponda, pagará la mitad, pues así se decidió en las negociaciones.

La Copa de España se disputará bajo una nueva fórmula a partir de la temporada 1980-81. Participarán en el torneo dieciocho equipos de Primera -con excepción de los que participen en los torneos europeos, excepción que se mantendrá hasta los octavos de final, y si antes no han sido eliminados-, veinte de segunda, cuarenta de Segunda-B y ochenta de Tercera. Los equipos de estas dos últimas categorías corresponderán a los diez primeros clasificados de sus respectivos grupos.

Pasadas las diez de la noche, los representantes de los clubs de Segunda, Segunda B y Tercera División abandonaron la asamblea como protesta por la forma en que se realizó la votación de la propuesta que contempla la obligatoriedad de que los clubs de dichas categorías deben alinear inicialmente en cada partido dos jugadores menores de veinte años.