Nunca la lluvia causó tantas víctimas en nuestro país

La tromba de agua caída sobre Valdepeñas es la catástrofe de este tipo que más víctimas ha producido en nuestro país, ya que tanto las inundaciones de Valencia de 1957 como las más recientes de El Palo, de Málaga, ocurrieron a causa del desbordamiento de sus ríos, fenómeno frecuente en toda la cuenca del Mediterráneo y para el que tan mal están preparados nuestros pueblos y ciudades. En cuanto al hundimiento de la presa de Ribadelago, en Zamora, en el que perecieron más de un centenar de personas, se trató, evidentemente, de un fallo humano y técnico y no de un accidente natural.Durante los tres últimos años se han vuelto a producir desbordamientos en Navarra, Asturias, Huelva y Valencia; en esta última ciudad tuvo que entrar en funcionamiento el nuevo cauce del río Turia, lo cual, probablemente, evitó una nueva catástrofe. En todos los casos, aunque no hubo víctimas, los daños materiales fueron cuantiosos.

Un muerto y miles de millones de pérdidas fue el balance de las catastróficas inundaciones que sufrió el País Vasco en 1977. Más de diez muertos produjeron las torrenciales lluvias del pasado año. En 1978, la provincia de Málaga se vio sacudida por uno de los temporales más importantes sufridos en España en los últimos años. Más de doscientas familias quedaron sin hogar y varios miles de millones de pesetas fueron los daños ocasionados. En septiembre de ese mismo año, dos personas resultaron muertas, al ser alcanzadas por un rayo, en las inundaciones de Barcelona, provocadas por una fuerte tromba de agua. Tanto en Málaga como en la Ciudad Condal, sus respectivos ayuntamientos pidieron que fuesen consideradas zona catastrófica los barrios afectados. Galicia sufrió en diciembre pasado la pérdida de dos vidas humanas y varios miles de millones de pesetas. En 1979 resultó muerto un niño como consecuencia del temporal acaecido en Aragón el mes pasado.