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Pese a la campaña de prensa, miles de turistas franceses se disponen a viajar a España

Lo que aquí se denomina «la guerra de las vacaciones» en España continúa dominando una buena parte de la actualidad de estos días, en los que siete millones de franceses se echan a la carretera. Alguna prensa se asombra porque, a pesar de los atentados sucesivos en las costas españolas, los veraneantes galos, en apariencia al menos, no piensan renunciar a tostarse bajo el sol hispano.«No es fácil saber dónde terminan las preocupaciones normales que puede inspirar la dramática actualidad de las bombas de ETA y dónde empieza una campaña más o menos disimulada contra el turismo en España», declararon a EL PAÍS varios responsables del turismo español en París.

«Una de dos: o los franceses no escuchan la radio ni leen los periódicos, o es que son mucho más valerosos de lo que se piensa generalmente», escribía ayer el diario conservador Le Figaro, asustado de que, «a pesar de los atentados reivindicados por ETA», ayer y anteayer se formaran colas en la frontera de Hendaya.

Este diario, como el popular France-Soir, ambos pertenecientes al grupo Hersant, son los dos poderosos órganos de la opinión francesa que se manifiestan más preocupados por la buena suerte de las vacaciones de los franceses. Desde hace varios días, los tres millones largos de ciudadanos que leen la prensa referida son invitados más o menos directamente a evitar la tragedia más o menos cierta que les espera si se atreven a atravesar los Pirineos, camino de las costas españolas. «France-Soir, más concretamente, desde hace muchos años, he podido comprobar que no desperdicia el más leve motivo para apedrear al turismo español con sus titulares supersensacionalistas de primera página. Y este tipo de operaciones, siempre, como por casualidad, se repiten en vísperas del veraneo. Nunca en diciembre, por ejemplo», declaró a EL PAÍS Manuel Turne, director en París de Meliá.

En otros medios turísticos o financieros españoles también se emiten sospechas sobre «la exageración mal intencionada que de los hechos están practicando algunos medios de información».

Al margen del uso y del abuso que algunos puedan hacer de la «guerra de las vacaciones», es innegable que, de continuar el trabajo de ETA en las playas españolas, los franceses empezarán a reflexionar sobre la conveniencia de cambiar de ruta. En conversaciones particulares, este sentimiento se manifiesta repetidamente desde hace unos días. Y el efecto sería más notorio el próximo mes de agosto. En cualquier caso, Euskadi Sur ya se predice aquí como el mayor perdedor turístico. Ayer, la prensa y la radio francesas resaltaban que «la Concha de San Sebastián es un desierto».

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