El Madrid aventaja al Valencia por trece títulos contra cuatro

Veintisiete finales ha disputado el Madrid; ha ganado trece y ha perdido catorce. El Valencia sólo alcanzó doce finales, y obtuvo de ellas un premio corto: cuatro titulos. Tres veces, hasta el momento, se han enfrentado ambos equipos, en los años 34, 46 y 70. Protagonistas de estas finales recuerdan las circunstancias en que se desarrollaron éstas.

En 1934, en el hoy semiderruido estadio de Montjuich, se enfrentaron el Madrid y el Valencia, que por primera vez llegaba a una final. El Madrid ganaría por dos a uno. Vilanova adelantó en el minuto 47 al Valencia, pero luego Hilario -minuto 72- y Lazcano -minuto 74darían la vuelta al resultado y el título al Madrid. El campeón jugó con un equipo de los mejores que ha tenido en su historia: Zamora; Ciriaco, Quincoces; Pedro Regueiro, Bonet, Leoncito; Lazcano, Luis Regueiro, Samitier, Hilario y Eugenio. En el Valencia se alinearon: Cano; Torregaray, Pasarín; Bertolí, Iturraspe, Conde; Torredeflot, Abdón, Vilanova, Costa y Villagrá.Carlos Iturraspe, medio centro del Valencia en aquel partido, mantiene fresca la memoria: «Yo era un chaval de veinte años, y me acuerdo que el Madrid era mucho equipo y salía como favorito. Sólo tiene usted que ver la alineación, con Zamora, Ciriaco, Quincoces, Luis Regueiro, Samitier, Hilario... Por cierto, que Regueiro hizo un partidazo. Nosotros pensábamos desde el principio que íbamos a perder. Teníamos un entrenador inglés que nos ponía en forma, pero la verdad es que entonces no había tácticas, ni planteamientos ni nada parecido. El se llamaba Crewell; antes del partido me llamó y me dijo que tenía que vigilar a Samitier y, además, ayudar a los delanteros. Yo le dije que para hacer eso me tenían que dejar jugar con una bicicleta. Luego la verdad es que hicimos un buen partido, que nos sorprendió a nosotros mismos. En el segundo tiempo nos adelantamos en el marcador. Después, un jugadón, me parece qué de Hilario, les dio el empate a ellos, y en seguida Samitier hizo una genialidad y le puso otro gol en bandeja a Lazcano. Después nos hundimos. La verdad es que nos ganaron porque eran más equipo. Nosotros no podíamos jugar mejor de lo que lo hicimos, pero el Madrid tenía fenómenos que en cualquier momento le pegaban la vuelta al partido.»

El último partido de Gorostiza

Doce años más tarde -en el 46- vuelven a enfrentarse el Madrid y el Valencia, con Iturraspe otra vez como medio centro de los valencianistas; ahora ya es de los veteranos de un equipo compuesto por diez vascos y un solo valenciano. El equipo era éste: Eizaguirre; Alvaro, Juan Ramón; Ortúzar, Iturraspe, Lecue; Epi, Asensi, Mundo, Igoa y Gorostiza. El Madrid jugaría con: Bañón; Clemente, Corona; Moleiro, Ipiña, Huete; Alsúa, Barinaga, Pruden, Belmar y Elices. Otra vez gana el Madrid, ahora por tres a uno, con goles de Barinaga, Pruden -dos- y Gorostiza, éste a poco del final, con el partido decidido y de penalty. Fue el último gol y el último partido del inolvidable Bala Roja.

Iturraspe no tiene buen recuerdo de esta segunda final: «Arbitró un andaluz llamado Martínez Iñiguez, y lo hizo bastante mal. Francamente, creo que hizo mucho por el Madrid. En aquel partido, al contrario que en el anterior, nosotros éramos favoritos. El Valencia tenía el mejor equipo de su historia. Jugábamos una enormidad al fútbol, y además, si nos recibían a patadas en algún campo, sabíamos replicar también en este terreno. Pero yo estaba gafado en la final de Copa. Era la cuarta que jugaba, y las cuatro las perdí. También recuerdo que fue el último partido de Gorostiza, un superjugador. Y eso que no se cuidaba mucho. Le gustaba beber. Yo recuerdo días en que se había acostado casi de madrugada, y muy bebido, y jugar bien después. Era un superdotado, además de un gran jugador. »

Tercera victoria madridista

En el año 70 se encuentran por tercera vez los dos equipos en la final, y otra vez se van a jugarla a Barcelona, aunque ya no en el viejo Montjuich, como las dos anteriores, sino en el Camp Nou. El Madrid se presenta con: Junquera; José Luis, Benito, Zoco, Sanchís; Pirri, Velázquez, Grande; Amancio, Grosso y Gento. El Valencia con: Abelardo; Tatono, Aníbal, Sol, Antón; Poli, Paquito, Claramunt; Nebot, Ansola y Jara. A los diez minutos, Grosso, lesionado, era sustituido por Fleitas, y a los veinte, Amancio por Planelles. En el primer tiempo hubo empate, con un gol de penalti por cada lado. En el segundo, los suplentes Fleitas y Planelles ganaron el partido para el Madrid.

Sol, jugador del Valencia entonces y del Madrid ahora, estará ausente de la final por lesión. De aquel partido de hace nueve años guarda algunas lamentaciones: «Jugamos mal; si no, deberíamos haber ganado, porque el Madrid tuvo bajas importantes en seguida y necesitó reajustar su equipo. Pero no supimos sacar provecho de eso. El Madrid tiene una característica de siempre: la fe de todos en la victoria. Eso fue decisivo. Ya es significativo que los suplentes marcasen los goles. Las bajas de Grosso y Amancio ni se notaron. » En cuanto a la final de ahora, Sol espera que su equipo sepa otra vez sobreponerse a las bajas: «Va a faltar mucha gente, y el Valencia llega casi al completo. Pero espero que otra vez no se noten las ausencias, que los que salgan luchen y lo hagan bien. Algo parecido piensa Iturraspe: «En pura lógica, es favorito el Valencia, que presenta un mejor equipo. Pero nadie sabe si va a luchar o no. Yo he visto partidos en Valencia en los que la gente se preguntaba «dónde está Kempes». sin embargo, con el Madrid eso no pasa, ni ha pasado nunca. En el Madrid, hasta las estrellas se dejan la piel en el campo. Eso es de toda la vida, y eso es lo que más ha contribuido a que tenga el historial que tiene. Si el Valencia da la batalla, ganará; pero si cree que va, a ser campeón sólo porque tiene mejores hombres y porque en el Madrid fa , a gente importante, perderá, porque en el Madrid, salga quien salga, hay siempre mucho que temer.»