El presidente del Rayo endurecerá su línea con la prensa

«He sido demasiado protagonista en la prensa, y esto, a la larga, ha dañado mi imagen. Creo que todo se ha debido a una excesiva bondad», afirma Francisco Encinas, presidente del Rayo Vallecano. Encinas ha sido objeto en las últimas semanas de criticas relacionadas con su forma de llevar los asuntos rayistas, especialmente en el caso Landáburu y en el cese del anterior entrenador, Eduardo González.

A partir de ahora, el máximo mandatario vallecano dice que endurecerá su línea. Dentro de la reestructuración que piensa realizar en el club figura la idea de formar unas comisiones de trabajo, y serán sus presidentes quienes informen a la prensa.«Esto no significa», señaló Encinas, «que no vaya a hacer declaraciones personales. Simplemente, que en los tres años que me quedan de mandato voy a trabajar, sin preocuparme de otras circunstancias. En las entrevistas que se me hagan, si me preguntan cuestiones específicas relacionadas con las comisiones de trabajo que van a crearse, pasaré la posible contestación a sus presidentes. » Encinas no considera que esto sea una innovación. «Ya lo hacen otros clubs en España.»

De una forma directa, Encinas no afirma que esté disgustado con los «chicos de la prensa». «En absoluto. Es más: cuando me hice cargo del club, recibí unas críticas favorables.» Ha sido en las últimas semanas cuando le han llovido los «palos» desde casi todos los medios informativos. «Es que pienso que últimamente se están desvirtuando los temas. Se han producido por ello malos entendidos. » En concreto, se refiere a la forma en que se decidió la no renovación de Eduardo González y su posterior comunicación. «Todo se ha aclarado en una comida que he mantenido con el propio Eduardo. El hecho de que no se le renueve su contrato no tiene por qué significar una ruptura de nuestra amistad.» Eduardo González dejó con la palabra en la boca a Encinas en la cena de despedida, la semana pasada. El presidente también intenta justificar el hecho. «Eduardo interpretó mal mis palabras, porque el tema seguía desvirtuado. Hay que comprender las decisiones que se adoptan en este sentido. Y la junta directiva, por unanimidad, acordó no renovarle. Cuando se ha decidido esto es por el bien de la entidad y también por el suyo propio.