Un pequeño gran país
La Confederación Helvética, con 41.290 kilómetros cuadrados de superficie, es uno de los países más pequeños de Europa. Densamente poblada, Suiza tiene tres lenguas oficiales: el alemán, el francés y el italiano. A esta pluralidad lingüística hay que añadir la religiosa: alrededor del 48% de la población es protestante, mientras que el 49,4% es católica.La Constitución federal, adoptada en 1848 y revisada el 29 de mayo de 1874, es la carta magna de la Confederación Helvética. La Confederación (que, de hecho, constituye una federación) es un Estado federal de veintidós cantones soberanos que ejercen todos los derechos, a excepción de aquellas prerrogativas que son atribuidas a la Confederación. Cada cantón tiene su propia constitución, su parlamento y su gobierno.
El sistema institucional suizo presenta la originalidad de coexistencia de un sistema de democracia directa con un sistema de democracia indirecta. Vestigios de democracia directa subsisten solamente en tres cantones, gracias a las asambleas generales del pueblo, que se reúnen una vez al año. Por otra parte, tres instituciones caracterizan el régimen democrático semidirecto: el referéndum (voluntario u obligatorio), el derecho de iniciativa y el derecho de revocación popular. El poder legislativo es ejercido por la Asamblea Federal, y el poder ejecutivo, por el Consejo Federal, de siete miembros.
El sistema militar helvético, adaptado a las realidades del país, permanece fiel a las tradiciones, que se remontan al pacto de defensa mutuo de 1291 y al convenio de Sempach (1393), que precisa las obligaciones militares de cada cantón. La neutralidad de Suiza, reconocida por el tratado de Westfalia (1648) y confirmado por el de Versalles de 1919, está en la base de la política de defensa de la Confederación.
