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El Rayo se juega el domingo la temporada

El Rayo se juega este domingo prácticamente todas sus bazas para permanecer en la categoría. Ni siquiera un triunfo mínimo ante el Rácing podría llegar a bastarle, a la vista del calendario que aún le resta por disputar. Recibirá también en Vallecas a Salamanca y Barcelona, y jugará fuera con Madrid, Valencia y Las Palmas. Casi una «misión imposible». Una temporada triste deportivamente y erizada de dificultades económicas está pendiente de los noventa minutos del domingo en Vallecas. Por lo pronto, el déficit, que se calcula supera los 65 millones de pesetas.No resulta una tarea difícil analizar las causas de una campaña que podría culminar con el descenso rayista. La precipitada dimisión de Marcelino Gil dio paso, al finalizar la anterior temporada, a unas elecciones tardías y con bajo índice de asistencia a la votación. Francisco Encinas salió elegido y desde entonces muchos factores han jugado en esta campaña, incluso una cierta división de las peñas -a las que también se les ha concedido excesiva preponderancia-. El equipo, además, estaba descompensado, prácticamente desmantelado por los traspasos que «necesitó» realizar la anterior directiva.

Sesenta millones pagó el Atlético por González y Guzmán. Aun así, el déficit del club se acercaba a los 44 millones. Hubo, en su momento, problemas de liquidez con las cuentas -bloqueadas-; no había dinero para fichajes sonoros y sólo, con la temporada ya iniciada, se contrató a Clares -no ha resuelto nada- y mucho más tarde se logró la cesión de Pozo. Unas taquillas paupérrimas, una plantilla corta con la que Eduardo González -modesto y trabajador, aunque también ha cometido errores- no podía hacer milagros, una directiva bisoña, algunas dimisiones -la más espectacular la de Ruano, delegado «sempiterno» del equipo-, multitud de rumores en torno al club y unos resultados que podrían calificarse de normales -muy flojos- han situado al equipo en esta difícil situación, agravada en las últimas jornadas -doce goles encajados y uno sólo a favor-. González se ha mantenido en el cargo por el criterio del presidente. Incluso alguien parece haberle querido «hacer la cama». La reestructuración se hace necesaria deportiva y burocráticam ente. El seguro traspaso de Landáburu y algún otro podrían ayudar a paliar el déficit apuntado. Olmedo ha vuelto como secretario técnico y habrá, en definitiva, cambios sustanciales.

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