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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Semana Santa/ 1

Durante el mes de abril el tiempo invertido en los espacios religiosos se duplica con relación al resto de los meses. Pero no todas las festividades de la Semana Santa fueron así en la historia de TVE. La primera Semana Santa (del jueves día 3 al viernes 5 de abril de 1958) no existió para TVE. La revista oficial, que entonces se denominaba Telediario, publicaba en la portada de su número catorce el siguiente texto: «Debido a la conmemoración de los días que se avecinan, TVE suspenderá sus emisiones a partir del próximo jueves... TVE agradece a todos el apoyo que díariamente le expresan, asegurándoles que, pese a todas las dificultades, no escatimará esfuerzos para proseguir en su tarea de ofrecer constantemente una mejoría en progranias y emisiones.» La programación de aquella primera mitad de Semana Santa (lunes y martes), con tres horas de emisiones, estuvo dominada por la conmemoración del Día de la Victoria, Que yo vea («una producción de la Cruzada Mundial del Rosario en Familia»), Coros y Escolanías, Teatro Católico en TVE («Calvario», de William Butler Yeats en versión y realización de Domingo Almendros) y una plática diaria de tres cuartos de hora. La programacíón «profana» se redujo al telediario de las 22.15 y a la edición especial.

Un año después, 1959, el Jueves Santo ya tenía programación, en base a las pláticas y filmaciones de las procesiones de Semana Santa. Telediario lo anunciaba así: «Teatro religioso», «Tengo un libro en las manos» («Revelaciones de la venerable beata sor Ana Catalina de Emmerich»), «Coros y escolanías, charlas religiosas y documentales completarán las emisiones dedicadas a la Pasión del Señor». Y un año más tarde, 1960, se ganaba para la programación de TVE el Viernes Santo, con el primer «Sermón de las siete palabras», a cargo del padre Urteaga Luidi -o padre Eduardo Arcusa, según otras versiones-, desde el Salón del Tinell, de Barcelona, con orquesta y coro. Durante muchos años imperarían los criterios que el padre Salvador Muñoz Iglesias asesor religioso de TVE, exponía a la revista Tele-Radio (número 120, abril de 1960): «Eliminar todos los espacios profanos e introducir una serie de programas religiosos, propios de estos días, que ilustren 3 hagan al público la esencia de nuestra Semana Mayor.» Y el en trevistador puntualizó: «Efectivamente, todos los programas han sido sustituidos esta semana, quedando exclusivamente los de información y fútbol.»

Con los años, mientras las salas de cine cerraban o hacían sesiones especiales de Barrabás, Fabiola o Los diez mandamientos, la televisión se encargaría de ofrecer al telespectador el mismo cine de las carteleras o paliar la demanda y abstinencia con algunas que otras frivolidades. Se pasó del cierre total de las emisiones a mantener abierta la programación durante todo el día.

La programación «especial» o « extraordinaria » de este año constará de dos horas y media de cartas de ajuste, de música sacra, once sesiones de cine (para diez películas), seis reconstrucciones documentales de la serie Vidas en peligro, y cuya duración no ha sido facilitada, ocho horas y 45 minutos dedicados a la retransmisión de actos religiosos y cinco horas del campeonato del mundo de patinaje artístico desde el Pabellón de Hielo de Jaca, aparte de lo que nos deparen los informativos. Una programación de azar, heterógenea y pintoresca, que merece la pena analizar.

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