Los jinetes del hipódromo reclaman su dinero

Los jinetes del hipódromo están bastante descontentos con algunos preparadores que llevan varios meses sin pagar las «montás perdidas», que es una cantidad fija de dinero que se da por montar un caballo en una prueba que no ganan. Algunos jockeys desearían que la Sociedad de Fomento, que hasta ahora no se Iba manifestado, interviniera en el asunto.La crisis que está afectando al hipódromo ha llegado ahora hasta los jinetes, que llevan en algunos casos desde el otoño sin cobrar las «montas perdidas». Los preparadores, que en este caso actúan como empresarios, se demoran ante las «largas» que les dan algunos propietarios de cuadra cuando éstos les presentan las facturas del mes. Los jinetes, cansados de pedir el dinero que se les debe han decidido, después de que algunos hayan ya cobrado, solucionar el problema para el futuro, y así han hecho algunas gestiones ante la Sociedad de Fomento para que se haga cargo de¡ tema.

El vigente código de carreras dice que los jinetes no ganadores cobrarán una cantidad de dinero, que cada año se publicará en el primer boletín del año de la Sociedad. De esta manera, el organismo rector de las carreras en nuestro país se declara como voz autorizada para opinar sobre el tema, aunque ahora no quiere saber demasiado del mismo. Los jinetes apoyan su petición a la Sociedad para que se haga cargo de estos pagos en este artículo del código y en lo que se hace en otros países europeos. Casi todas las sociedades de caballos cobran a los preparadores o, en su defecto, a los propietarios ese dinero de las montas y mensualmente se paga a los jinetes, lo mismo que en nuestro país la Sociedad de Fomento descuenta el 10% de los premios a los propietarios ganadores para pagar a los preparadores y jinetes.

Algunos jinetes quieren que al principio de¡ año se hagan unos contratos con los distintos preparadores, de tal manera que pasase de ser verbal a escrito. Esto, además, permitiría la ley libre de la oferta y la demanda.

El tema de las «montas perdidas» va a ser, sin duda alguna, motivo de amplia polémica entre los profesionales del hipódromo, máxime si la Sociedad de Fomento sigue sin querer actuar de intermediaria.