La Escuela de Reactores homologó a la aviación militar española
La Revista de Aeronáutica y Astronáutica, que edita el Ejército del Aire, ha dedicado su último número, con carácter monográfico, al veinticinco aniversario de la Escuela de Reactores de Talavera la Real.La creación de la Escuela, en 1953, supuso el tránsito desde la «edad de piedra» de la aviación militar española a la equiparación con los países adelantados.
La revista ofrece, entre otros, muchos trabajos, una extensa entrevista con el teniente general José Ramón Gavilán, actual jefe del Mando Aéreo de Combate y de la Primera Región, que fue el fundador-director de la Escuela en 1953.
El comandante Luis Aranaz explica que «la necesidad de la Escuela surgió cuando, con motivo del primer acuerdo hispano-norteamericano de 1953, llegaron a nuestro país las primeras unidades de reactores que iban a ser base del nuevo sistema de defensa aérea. Hasta entonces la Escuela de Caza, primero en Gallur, en un campo de campaña; luego, en Villanubla; después, en Reus,- y por último, en Morón de la Frontera, tuvo a su cargo la formación de pilotos de las unidades de caza, dotada hasta entonces con material convencional. El cambio de material aéreo, pasando del motor émbolo al turborreactor, trajo consigo nuevas necesidades para la enseñanza y una nueva ubicación para los modernos aviones, creándose por ello la Escuela de Reactores en Badajoz».
El actual director de la Escuela, coronel Felipe Sequeiros, señala en unas declaraciones que «ahora mismo la Escuela está a punto de alcanzar las 150.000 horas de vuelo, en las cuales sólo se han producido siete accidentes mortales, lo cual indica que no sale ni a un accidente por cada 20.000 horas de vuelo; todo un récord». El índice de accidentes, indica el coronel Sequeiros, llama la atención a nivel internacional.
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