Los delegados de Potasas de Navarra persiguen la dimisión de su directiva
El consejo de delegados de Potasas de Navarra (PDN) ha dado a conocer un dossier sobre la situación de la empresa («Potasas de Navarra: resultado de una gestión desastrosa»), con el que pretenden conseguir dos objetivos: garantizar a la actual plantilla una estabilidad y seguridad en el empleo, así como lograr la dimisión del actual equipo directivo, presidido por Antonio Valcarce. Como alternativa, el consejo de delegados propone que la Diputación Foral de Navarra pase a formar parte del control de la empresa, que en la actualidad es propiedad del INI.
Según el documento-dossier, editado por el consejo de delegados de Potasas de Navarra, sociedad con un activo al 31-12-1977 de 9.943,6 millones de pesetas y una plantilla superior a los 2.000 trabajadores, la dirección de la empresa ha amenazado, a lo largo de los últimos anos, con una posible reducción de la plantilla ante cualquier reivindicación de los trabajadores, creando una situación de inestabilidad laboral. En este sentido, se señala que las malas relaciones sociales son la causa de que la plantilla disminuya anualmente en unos cuarenta puestos, que no son ocupados de nuevo. Incluso, y según el dossier, ha habido años en los que uno de cada cuatro trabajadores de Potasas de Navarra demandaba a la empresa ante la Magistratura de Trabajo por cuestiones laborales y extralaborales.
Empresa deficitaria y conflictiva
Con un volumen de compras en 1975 de unos ochocientos millones de pesetas, frente a unas ventas que superaban ligeramente los seiscientos, el futuro de las reservas potásicas de la empresa, en opinión del consejo de delegados, se muestra favorable y duradero. El proyecto quinquenal presentado al INI no prevé problemas de producción hasta 1982.Las reservas preparadas en la actualidad suponen unos doce millones de toneladas, y las reservas existentes, sólo en la zona sur, llegan a los 72 millones de toneladas. Con estas apreciaciones, el dossier sobre PDN indica que cabe la seguridad de poder continuar con la extracción de potasas hasta el año 2000, «sin mayores, sobresaltos ».
Potasas de Navarra, cuyos trabajadores se han mostrado especialmente combativos, ha sido el centro de las mayores huelgas habidas en la historia obrera de Navarra. En 1970, tres días de paro; en 1971, dieciocho y nueve despedidos; en 1973, 32 días de paro y 250 sancionados, y en 1974, quince días de paro y dos despidos. El punto más alto de tensión se alcanzó en 1974-75: la totalidad de la plantilla paró desde el 20 de noviembre de 1974 hasta el 3 de marzo del año siguiente; 47 trabajadores se encerraron durante quince días en la mina, provocando una huelga general en Navarra que duró ocho días consecutivos: el balance final fue de 49 despedidos. En la actualidad, la plantilla efectuó una huelga por el convenio para 1979 de dieciséis días en el pasado mes de enero y viene manteniendo un paro de veinticuatro horas de duración los viernes, desde hace seis semanas.
Con este impresionante balance de conflictividad laboral, con 38 trabajadores muertos en accidente laboral en dieciséis años (sólo nueve en 1963) y otros once que han perecido en el montaje y construcción de las fábricas de silvinita y camalita en empresas subcontratadas, así como otros doscientos disminuidos, el consejo de delegados de PDN propone que la nueva Diputación Foral de Navarra que salga elegida el próximo 3 de abril tome, de forma progresiva, el control y la iniciativa para proceder a una nueva administración, racionalización y comercialización del subsuelo.
A pesar de estar situada en el quinto puesto entre las empresas españolas de m1nería, Potasas de Navarra ocupa un lugar todavía más destacado en cuanto al volumen de pérdidas anuales: 778 millones en 1977 y 1. 100 millones el año pasado, siendo superada únicamente por Hunosa. En este sentido, el consejo de delegados de PDN denuncia en su dossier el precio político que padece la potasa, que le obliga a la empresa a vender el producto por debajo del precio real.
Respecto a la dirección de PDN, duramente criticada por el consejo de delegados, los trabajadores señalan que la principal misión de su dossier es la de «desenmascarar posturas de personas y, organismos, con un poder absoluto en la empresa, a quienes no les preocupa lo más mínimo la rentabilidad de la misma, sino el mantenimiento del principio de autoridad y una política contraria a los intereses del pueblo». En este sentido, el consejo de delegados solicita la inmediata dimisión del actual equipo directivo, causante, en su opinión, de un aumento de la corrupción, abuso de autoridad y chantaje entre los mandos.
Según pusieron de manifiesto los autores del dossier durante la rueda de prensa que sirvió de presentación del libro, otras dos empresa explotadoras de potasas existentes en España, Unión de Explosivos Río Tinto y Solvay, con unos subsuelos de inferiores condiciones al de Navarra, obtienen beneficios, mientras que PDN, empresa pública, es deficitaria.
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