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La selección, en Checoslovaquia

El largo viaje que se preveía en dos aviones y un autocar se consumó ayer, y la expedición del equipo nacional de fútbol llegó bien entrada la noche a Bratislava, capital de la República Socialista Eslovaca, a orillas del Danubio, y segunda ciudad de Checoslovaquia, tras Praga, capital del país y que lo es también de la República Socialista Checa. Aquí, en el estadio del Slovan local, con capacidad para 63.000 espectadores, se disputará mañana el séptimo encuentro entre ambas selecciones.

Bratislava no está tan lejos de Madrid, sino en pleno centro de Europa, pero lo parece. La tardía y obligada salida para que diese tiempo a la incorporación de todos los jugadores, después de sus partidos de Liga, no permitió un vuelo directo Madrid-Viena y la expedición hubo de hacer escala en Francfort antes de ir desde la capital austriaca a Bratislava.El viaje transcurrió con la «curiosa» tensión de lo ocurrido en los últimos días, aunque se quiso diferenciar «amablemente» en el ambiente los problemas de los clubs con los de la selección. De cualquier forma, los jugadores son siempre los mismos -por ejemplo, Asensi y Del Bosque, presidente y vicepresidente de la AFE, reunida ayer- y hubo que volver a escuchar, lamentablemente en mayoría de ocasiones, los argumentos monetarios que tratan de ocultar reivindicaciones justas, al margen de las cifras. El hecho es que los convocados, sólo por venir, ya han ganado 50.000 pesetas cada uno, aparte de la prima correspondiente que puedan tener después por empatar o ganar, pero así se acordó en su día y tanto la Federación como ellos así lo negociaron. Se podrá discutir si son cantidades desorbitadas o no, pero el hecho es que se les paga, porque hay dinero para ello, cosa que en otras profesiones no sucede. Sin embargo, en cualquier otra profesión no se le retendrá al trabajador ni un minuto si quiere cambiar de empresa, ni se le pondrán límites de edad tan draconianos, ni andará por libre tan «oficialmente marginado» como les sucede a los futbolistas.

Rival de entidad

Ya en el plano deportivo, a llegar a la ciudad donde hace treinta y dos años jugó Kubala, es de destacar que no pueden ponerse reparos esta vez a un rival con la entidad de Checoslovaquia, renovado y último campeón de Europa en 1976 tras una final con prórroga y penalties ante la RFA, campeona del mundo. Si España viene a este partido como preparación para el oficial del grupo III de la Eurocopa que deberá jugar en Rumania el próximo 4 de abril, Checoslovaquia recibirá precisamente ese día a Francia para el V. Si la situación española es buena, con victorias en Yugoslavia, y sobre Rumania y Chipre en casa, la de sus rivales de mañana no lo es menos en una tanda de sólo cuatro equipos y con un triunfo a domicilio, 1-3, el pasado octubre frente a Suecia. Como los suecos empataron, 2-2, en el Parque de los Príncipes parisiense, los checos tienen la ventaja de un error galo difícil ya de corregir. Luxemburgo es el comparsa de turno, estilo Chipre. Checoslovaquia, como les ampliaremos mañana, no ha descuidado su preparación a causa del duro invierno centroeuropeo y siempre con la base del Dukla de Praga, club clásico, actual campeón y líder también en la presente liga.

Ante la lista de viajeros y como sólo algunos jugadores -Cundi, Quini y Santillana, sobre todo- sufrieron leves golpes en la jornada del domingo, no parece difícil aventurar ya el equipo según los planes de Kubala. No se puede olvidar que el seleccionador ha hecho esta vez bastante alarde de mezclar juventud con experiencia, pero sin más visión de futuro -como siempre- que el próximo compromiso con los rumanos el 4 de abril. Contando con que Urruti y Arconada jugarán un tiempo cada uno y si le dejan hacer los cuatro cambios que quiere, sólo quedaría sin saltar al campo Quini. La defensa sería: Marcelino, Alesanco (Felipe otro tiempo), Migueli, San José (Cundi); el centro de campo, Villar, Asensi, Del Bosque y Cundi (López Ufarte), y los dos hombres punta, Dani y Santillana, un tiempo, y Morán cor Alonso, después. Según se ve, en la segunda parte jugarían «los más nuevos», en especial los dos últimos destacados, Morán y Alonso, junto a López Ufarte.

Historial: ventaja checa

España y Checoslovaquia han jugado hasta ahora seis encuentros, tres amistosos en los años treinta, los primeros, y otros tres en competición oficial, luego de un largo paréntesis de veintiséis años, uno de la fase final del Mundial de Chile y dos en la previa de la III Copa de Europa de Naciones. Con cortos resultados en todos ellos, la ventaja checa es de cuatro triuntos por sólo dos españoles, precisamente en los dos partidos disputados en Barcelona y Madrid, que, además, fueron el primero y el último de la serie. Checoslovaquia, en cambio, aparte de ganar en las tres ocasiones de Praga, se impuso en la única neutral de Viña del Mar, primer paso hacia su única «final en un Mundial», perdida ante Brasil.

Amistosos: España, 1; Checoslovaquia, 0 (1 de enero de 1930, en Barcelona). Marcó el gol Sastre, que debutó junto a Ciriaco y la línea media Martí, Guzmán, Obiols. Jugaron: Zamora; Ciriaco, Quincoces; Martí, Guzmán, Obiols; Piera, Sastre, Rubio, Padrón y Bosch. Fue el siguiente partido internacional al disputado el 15 de mayo del año anterior, 1929, que registró la histórica victoria sobre Inglaterra, por 4-3, en el antiguo Metropolitano, con gran tarde y dos goles de Gaspar Rubio. Checoslovaquia, 2,- España, 0 (14 de junio de 1930, en Praga; devolución de visita también con José María Mateos de seleccionador). Jugaron: Zamora; Ciriaco, Quincoces; Garizurieta, Muguerza -debutantes los dos-, R. Echevarría; Lazcano, Goiburu, Olivares (debutante), Padrón y Gorostiza -que debutó también-. Checoslovaquia, 1; España, 0 (26 de abril de 1936, en Praga, penúltimo partido antes de la guerra española; el 3 de mayo la selección ganaría 0-2 a Suiza en Berna y no volvería a jugar hasta el 16 de marzo de 194 1, que empataría a dos con Portugal en Lisboa. El seleccionador fue Amadeo García Salazar, y jugaron: Blasco; Zabalo, Aedo; Zubieta (debutante), Muguerza, Roberto; Vantolrá, Regueiro, Lángara, Lecue y Gorostiza.

Oficiales: Checoslovaquia, 1; España, 0 (31 de mayo de 1962, en Viña del Mar, Chile, primero de la fase final del Campeonato del Mundo). Con Pablo Hernández Coronado de seleccionador y Helenio Herrera de entrenador, la selección de figuras teóricas dio el primer paso en falso. Di Stéfano, lesionado, no pudo -ni podría- alinearse. Aunque se ganó después a México en el último minuto, con gol de Peiró, tras sensacional carrera de Gento, Brasil acabaría cerrándole el camino, pese a poderle ganar, incluso. Jugaron ante una Checoslovaquia oscura, pero práctica, con los Masqust, Popluhar o Pluskal: Carmelo; Rivilla, Santamaría, Reija; Segarra, Garay; Del Sol, Martínez, Puskas, Suárez y Gento.

Los dos últimos partidos pertenecen a la fase previa de la III Copa de Naciones, que se desarrolló entre 1966 y 1968 y ganó Italia. España, por los resultados de su grupo, se clasificó para los cuartos de final, donde fue eliminada por Inglaterra. El seleccionador era Domingo Balmanya. Checoslovaquia, 1; España, 0 (tercera derrota por este corto tanteo, el 1 de octubre de 1967, también en Praga). Jugaron: Iríbar; Sanchís, Tonono -fue el debut del fallecido defensa canario-, Gallego, Reija; Pirri, Grosso, Adelardo, José María; Amancio y Marcelino. España, 2; Checoslovaquia, 1 (el 22 de octubre de 1967, en Madrid, y primer gol, el checo, de alguno de los dos equipos en campo contrario). Marcaron por España Gárate -que debutó- y Pirri. Jugaron: Iríbar; Osorio, Tonono, Gallego, Reija; Pirri, Luis, Marcial, José María; Amancio y Gárate. De estos jugadores sólo están en activo ya, aunque fuera de la selección, Iríbar, Gallego, Marcial y Pirri -el último que ha dejado de ser internacional.

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