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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Nuevos aires para el deporte

EL MUNDO del deporte ha sido uno de los estamentos españoles que menos ha evolucionado en los últimos tiempos. Mientras el país, en general, se ha abierto al pluralismo y al diálogo democrático, el deporte se ha apiñado en torno a figuras cuyo talante no ha dejado de ser idéntico al de tiempos pasados. Unas elecciones presentadas con aires renovadores en clubs y federaciones no sirvieron para otra cosa que no fuera consolidar a gentes que se apoyaron en el poder establecido y las grandes fallas que tuvieron las normas por las que se rigieron las primeras elecciones del deporte español.Quizá el caso más flagrante se dio en el fútbol. Clubs y federaciones marginaron deliberadamente a los jugadores, que no pudieron expresar su opinión y que todavía hoy no pueden hacerlo, porque no se les ha reconocido presencia con voz y voto en la propia Federación Española de Fútbol. Pablo Porta, el hombre a quien apoyan los clubs grandes, se ha negado sistemáticamente a dialogar en un plano de igualdad con los futbolistas. Las cortinas de humo federativas, aventadas por quienes sólo se detienen en la anécdota de los millones que ganan unos y no las miserias que sufren la mayoría de los profesionales enrolados en las divisiones inferiores, han servido durante años para ocultar la auténtica realidad de los problemas.

Los jugadores de fútbol no han podido acudir a los tribunales ordinarios, durante años, por prohibición expresa de la Federación. Si ahora pueden hacerlo, se lo deben a aquellos que, una vez retirados, obtuvieron las primeras sentencias favorables. La Federación se ha negado siempre a reconocer la condición de contrato laboral que liga a jugadores con clubs, pese a que existe incluso alguna sentencia del Tribunal Supremo que así lo reconoce.

La Federación de Fútbol ha impedido la afiliación a la Seguridad Social, pese a que el Atlético de Madrid fue condenado en el caso Zubiarraín, cuando la vicepresidencia de este club la ostentaba Enrique de la Mata, a la sazón director general de la Seguridad Social, y la Federación de Fútbol la presidía José Luis Pérez-Payá, que entonces era subdirector general de Servicios de la propia Seguridad Social.

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Los jugadores reclaman la modificación del derecho de retención y les asiste toda la razón cuando protestan por esa medida, tomada unilateralmente, que puede llevara¡ paro obligatorio a varios cientos de profesionales, a los que se les quiere limitar la edad y los honorarios. Los ministerios de Cultura y Trabajo no han considerado seriamente el tema de los futbolistas y el desprecio continuo que éstos han recibido de sus más directos organismos ha llevado a la situación presente: una huelga en la que se quieren defender unos puestos de trabajo tan honrados y considerables como otros cualesquiera.

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