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Varias organizaciones suizas, contra el secreto bancario

Una serie de organizaciones helvéticas tercermundistas (Declaración de Berna, Tierra de Hombres, Movimiento Cristiano por la Paz, y otras), integradas por economistas, abogados, políticos e investigadores, han anunciado el inmediato inicio de una campaña pública coordinada, para que las autoridades eliminen algunas de las «férreas» cláusulas que hacen del secreto bancario una «torre de marfil» habitada por los capitales internacionales, especialmente provenientes de dictadores y minorías privilegiadas de países del Tercer Mundo.

En oportunidades anteriores, a través de sus detalladas denuncias, estas organizaciones han provocado ya otros escándalos en el plano suizo e internacional (la manipulación publicitaria de la Nestlé en Africa, por ejemplo).

Aunque no es la primera vez que el tema del secreto bancario ocupa espacios en la prensa o es motivo de declaraciones virulentas (existe una iniciativa del Partido Socialista suizo al respecto), ahora parece que el tema «toma cuerpo» a raíz de los dineros depositados en este país por la familia imperial, amigos y asesores del sha de Irán. Aunque no han sido reclamados oficialmente, los expertos bancarios han demostrado la cuasi impractibilidad de bloqueo o extradición de dichos capitales, así como la imposibilidad de tener acceso al conocimiento de los montos depositados en cuentas secretas.

Evasión de impuestos

La campaña está destinada concretamente a la eliminación del secreto bancario cuando éste es utilizado para «saquear» los capitales fiscales del extranjero. «El centro financiero suizo hace sangrar financieramente a los países pobres, contribuyendo a la fuga del dinero, a la disminución del ahorro para inversiones, a privar a los Estados de los impuestos, a incrementar las deudas externas, y a acentuar los factores de desestabilización social», afirman las organizaciones dispuestas a combatir esta fórmula legal de depósitos secretos.Durante una conferencia de prensa, los «tercermundistas helvéticos» afirmaron que Suiza es depositaria en la actualidad de más de 22.000 millones de francos suizos procedentes de países pobres, y que más de la mitad de dicha cifra corresponde a fugas ilegales de capital, mientras que la Confederación Helvética ha destinado sólo 2.000 millones de francos a los países desmantelados por sus «oligarquías».

Recordaron también los capitales depositados en bancos suizos por el general Thieu, Trujillo, Batista, el sha, y de los que estarán depositando Somoza, Bokassa, Mobutu, y otros. En relación a este último se dijo que había depositado en Suiza una suma sin precedentes, mientras que en Zaire «se efectúan las cesáreas sin anestesia por falta de medicamentos».

Para las organizaciones helvéticas, dispuestas a luchar contra estos hechos, no se trata sólo de un problema moral, sino, y más que todo, de cooperar al desarrollo de los países del Tercer Mundo.

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