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Temor a la creación de una nueva policía política en Portugal

La Policía de Extranjeros de Portugal solicitó ayer la creación, con carácter urgente, de un servicio de información para «controlar las actividades ilegales de los extranjeros en Portugal». Sin embargo, el llamamiento no ha sido acogido con entusiasmo entre los portugueses, por temor a que este servicio de información constituya el embrión de una nueva policía política.La manera en que el jefe de la Policía de Extranjeros, Coronera, ha hecho su petición no deja de ser curiosa. La Dirección del Servicio de Extranjeros depende directamente del Ministerio del Interior. Pues bien, su jefe se ha servido de la prensa nacional y extranjera, mediante la convocatoria de una conferencia de prensa, para lanzar su iniciativa y llamar la atención de las «autoridades competentes» sobre la necesidad de crear tal servicio de información.

Hasta ahora, tanto los partidos políticos como el Gobierno han mostrado escaso entusiasmo hacia exigencias similares, formuladas desde distintos sectores. La experiencia de la actividad durante décadas de la siniestra policía política del salazarismo, la PIDE, ha hecho que los demócratas portugueses teman el resurgir, al abrigo de servicios de información, de una nueva policía política.

Cuando en Portugal se empezó a reconocer la necesidad de establecer, tales servicios de información y ,se iniciaron los preparativos para la creación del SIR (Servicio de Información de la República), prevaleció el punto de vista de que tal servicio dependiera de la presidencia de la República, para evitar que los gobernantes lo utilizaran para fines distintos a los previstos.

Hace meses que la prensa derechista de Portugal utiliza el espantapájaros de supuestos grupos terroristas ultraizquierdistas, formados fundamentalmente por hispanoparlantes: «cubanos» secretamente desembarcados para auxiliar a los «comunistas» de las unidades agrícolas del Alentejo, «etarras» que supuestamente están a punto de trasladar a Portugal sus «santuarios» franceses, amenazados por las últimas medidas del Gobierno de París, etcétera.

Los «técnicos» de la Policía de Extranjeros han venido a dar nuevos argumentos para esta campaña, aunque su jefe, el coronel Ramiro, se mostró voluntariamente impreciso, al enumerar las actividades delictivas de los extranjeros. Habló de acciones «relacionadas con el terrorismo internacional», sin especificar tráfico de drogas y contrabando de diamantes.

El coronel Ramiro insistió también en la necesidad de definir rápidamente la legislación relativa al estatuto del refugiado político, que ha sido solicitado por setecientas personas, entre los 42.000 extranjeros residentes en Portugal.

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Usando criterios no especificados, el Ministerio del Interior sólo considera «candidatos válidos» para aplicarles el estatuto de refugiado a 250 personas (angoleños, mozambiqueños, brasileños y chilenos). Los españoles no podrán beneficiarse de tal estatuto, ya que, según el Ministerio, «España es ya un Estado de Derecho y una democracia».

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