Dragados, interesada en construir la A-4
El próximo 30 de enero se cierra el plazo del concurso abierto para la adjudicación de la autopista Madrid-Toledo (A-2), mientras que el 20 de febrero se cierra el plazo del concurso para la de Madrid-Guadalajara (A-4). Ambas obras cuentan con un presupuesto de 50.000 millones de pesetas y, sin embargo, parece que no existe gran interés privado en su construcción, debido, fundamentalmente, a la campaña vecinal desarrollada contra los proyectos y a los conflictos que esta postura pudiera suponer para los adjudicatarios en el transcurso de las construcciones.«La situación preelectoral, el momento económico y la campaña realizada contra la construcción de las dos autopistas pueden ser factores decisivos a la hora de desanimar a la empresa privada para presentarse al concurso», manifestaron fuentes del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo a EL PAÍS. El plazo del concurso de adjudicación de la autopista Madrid-Toledo ya fue ampliado por un mes, debido a que ni una sola empresa se presentó al concurso.
Para la A-4, Madrid-Guadalajara, fuentes oficiosas aseguran que Dragados y Construcciones irá al concurso. De momento, no se conoce el nombre de ninguna otra empresa interesada en estas autopistas de peaje.
El hecho de que todos los partidos de izquierda hayan manifestado públicamente su oposición a estas dos autopistas es otro de los factores de peso para frenar la iniciativa privada en este campo. Uno de los argumentos suscrito por todos ellos se basa en que con los 50.000 millones de pesetas que se invertirían en la construcción de las autopistas se podría resolver prácticamente en su totalidad el transporte de cercanías; potenciando fundamentalmente el transporte ferroviario.
La oposición a estas dos autopistas de peaje se inició desde la misma Administración, cuando miembros de Copiaco señalaron que ambos proyectos se amparaban en la ley de Carreteras, a la que calificaron como «una de las normas más absurdas del país». La disconformidad del Area Metropolitana tiene como base que las dos autopistas no responden a ningún plan urbanístico.
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