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Preparativos electorales

El personalismo de algunos líderes, principal causa de la ruptura entre la coalición de Silva y la ultraderecha

El personalismo de algunos líderes, centrado sobre todo en la pugna por ocupar los primeros lugares de las listas electorales, ha sido una de las principales causas de la ruptura definitiva de las negociaciones entabladas para formar una coalición electoral entre las fuerzas que integran Derecha Democrática Española (DDE), que encabezan Silva Muñoz y Fernández de la Mora, y las llamadas Fuerzas Nacionales que se aglutinan en torno a Blas Piñar, Fernández-Cuesta y Girón.

Aunque ambas partes están intentando mantener ocultas las razones exactas de la ruptura, uno de los grupos que integran DDE, el Partido Conservador, cuyo secretario general es Antonio Méndez, hizo público un comunicado lamentando que «por posturas puramente personales no pueda llevarse a efecto la unidad de la derecha».Fuerza Nueva, que había convocado en la tarde de ayer una conferencia de prensa para explicar las razones de la ruptura, desconvocó finalmente dicha conferencia alegando «razones de trabajo de la coalición electoral».

Silva Muñoz, según fuentes próximas a la coalición ultraderechista Unión Nacional, «adujo razones de conciencia para no contribuir a la fragmentación de la derecha española». Sin embargo, fuentes de Derecha Democrática Española atribuyeron la ruptura, en declaraciones hechas a EL PAIS, al endurecimiento de las posiciones mantenidas fundamentalmente por Fuerza Nueva, el principal grupo de los que integran la coalición de las llamadas Fuerzas Nacionales. Según dichas fuentes, el endurecimiento de las posiciones de Fuerza Nueva hacía prácticamente imposible cualquier acuerdo electoral con la Coalición Democrática, que forman Areilza, Fraga, Osorio y Lasuén.

La posibilidad de acuerdo con la Coalición Democrática, aunque sólo fuera limitado en algunas circunscripciones, era uno de los objetivos básicos de la operación montada por los líderes de Derecha Democrática Española, para unir a la derecha, aunque esta unión no fuera más allá de un simple reparto de circunscripciones, con el fin de evitar la presentación de más de una candidatura de derecha en cada circunscripción.

En todo caso, al margen de los motivos que han estado en la base de la ruptura, ésta ha causado profunda decepción en DDE, fundamentalmente en aquéllos dirigentes que han puesto mayor interés en la operación, concretamente Luis de Jaúdenes y Federico Silva, que apoyaban la fórmula de la coalición para unirse con las llamadas fuerzas nacionales. Alguno de ellos ha llegado a calificarla de «catástrofe» Sin embargo, la ruptura ha causado cierto alivio en aquellos grupos, como Unión Demócrata Cristiana, que dirige Jesús Barros de Lis, que, aunque a favor de ciertos acuerdos con la ultraderecha, limitaban éstos a un simple reparto de circunscripciones.

«Derecha Democrática Española pretendió en todo momento que en cada provincia hubiera una sola candidatura de la derecha, pero la mayoría de los integrantes de esta coalición siempre entendimos que no se trataba de formar una sola coalición, sino de lograr acuerdos territoriales con los integrantes del pacto de Aravaca (Fraga, Areilza y Osorio) y los grupos de Unión Nacional», ha precisado al respecto el señor Barros de Lis. Este último citó como prueba de que no se había llegado a ningún acuerdo de coalición el hecho de que los oradores que intervinieron el pasado lunes en el acto de presentación en Madrid de DDE habían convenido en no citar expresamente ni a las fuerzas nacionales ni a las integradas en la Coalición Democrática, aunque algunos de los citados oradores no mantuvieron este compromiso.

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