_
_
_
_

El Madrid perdió su imbatibilidad en Zaragoza

En la jornada trece saltó la liebre en el campo de La Romareda y el Madrid perdió su imbatibilidad. Además perdió a Juanito hasta febrero, ya que a los dos minutos de juego sufrió la fractura de un dedo del pie. El Zaragoza jugó más y mejor que el Madrid. Tuvo, además, más suerte, ya que dos remates de los madrileños se estrellaron en la madera.El Zaragoza sorprendió de salida a su rival al colocarse Arrúa en una posición muy adelantada que le suponía al equipo tener cuatro hombres en punta. Stielike, jugador que tenía encomendado el marcaje del paraguayo, se vio así sin una gran libertad de movimientos, y el Madrid jugó entonces con timidez, sin prisas, con escaso apoyo cuando pretendía el contraataque rápido y con excesiva parsimonia cuando quiso dominar el balón esperando que algunos de sus jugadores se abrieran a las bandas en el centro del campo para abrir huecos en las filas locales.

Este planteamiento permitió al equipo local jugar abiertamente al ataque. Víctor y Oñaederra, con el apoyo de los laterales, hicieron un gran partido -excepcional el primero-, superando a sus pares a base de fuerza, velocidad y, sobre todo, ambición. El que el Madrid cediera terreno al rival ocasionó que pasara por situaciones de gol, de las que el Zaragoza sólo aprovechó una, quizá la menos clara, porque si el balón no llega a rebotar en la cabeza de San José, Miguel Angel se habría hecho con el balón. Alonso fue el último protagonista de las acciones peligrosas de su equipo; primero ocasionó la anulación del gol de su compañero Arrúa, luego despejó incomprensiblemente un balón bajo la puerta de Miguel Angel cuando sólo tenía que empujarlo hacia el gol y, por último, facilitó una jugada en la que el balón se paseó bajo los palos sin encontrar rematador. Miguel Angel también fue en una ocasión protagonista principal al desviar con la punta de los dedos un disparo de Antich en una falta directa. Este fue el balance del juego ofensivo del Zaragoza en la primera parte, que fue cuando dominó en el terreno de juego. El Madrid, por contra, se limitó a disparar en seis ocasiones sobre la portería de Nieves y sólo en una de ellas hubo peligro; fue cuando Sol, después de realizar una inteligente pared con Juanito, remató al larguero.

En la segunda parte el Madrid actuó con menor pasividad. Buscó con mayor apoyo la verticalidad del juego pero no creó situaciones propicias para ensayar el gol. En todo este segundo período, con el marcador en contra, sólo Guerini y Roberto. Martínez dispararon a puerta, y Nieves desvió, en ambas ocasiones, el peligro lo justo, pues en el disparo del primero, de falta, el balón dio en el poste antes de salir a córner. El mérito del Zaragoza estuvo en no encerrarse en su parcela, en tener la suficiente serenidad para jugar buscando un nuevo gol, que a punto estuvo de llegar en el minuto 89 cuando Amorrortu se plantó sólo ante Miguel Angel y disparó sobre su cuerpo.

El Madrid no mostró su condición de líder. Primero por su conformismo y, luego, porque le faltó la necesaria personalidad para mandar con peligro. Y es que tanto Stielike como Wolff realizaron en Zaragoza un mal partido. El primero, un tanto desfigurado, apenas aportó cosas positivas a su equipo, y el segundo, con mucha imprecisión en los pases. Por algo el Madrid no marcó por segunda vez consecutiva en un partido de Liga.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_