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Cinco heridos tras una persecución nocturna

Los servicios policiales de la Brigada de Investigación Ciudadana registraron el pasado domingo, en menos de doce horas, una sucesión de hechos que convirtieron la calma que se había tenido durante la mañana en una tarde y una noche especiales. Los funcionarios policiales se ocuparon casi sin interrupción de un presunto suicidio; de un homicidio, como resultado de una pelea, y de una persecución por la zona norte de Madrid, en la que participaron unos treinta vehículos policiales y que tuvo como resultado el ingreso clínico de tres presuntos asaltantes y dos inspectores.

La noticia del supuesto suicidio fue comunicada a la policía por una pareja de novios que a media tarde encontró ahorcado, en el paraje conocido como la Rosaleda, en el Retiro, a Guillermo Muñoz Cruz, de 35 años, madrileño y serígrafo de profesión. Minutos después se presentaban los funcionarios del Juzgado de Guardia que procedieron al levantamiento del cuerpo. Aunque se desconoce las causas del supuesto suicidio se cree que debió producirse a raíz de una crisis nerviosa que el fallecido padecía en las últimas semanas.Horas después, los camareros de una cafetería situada en la calle Mesón de Paredes informaban al 091 que acababan de detener a un hombre que había acuchillado a otro en la plaza de Tirso de Molina. Sobre la una menos cuarto de la mañana los miembros de un coche patrulla se hicieron cargo del detenido y los funcionarios del Juzgado ordenaron el traslado del cadáver de Cándido González, de 46 años, que, según un primer examen, presentaba heridas de arma blanca en el cuello, zona epigástrica y región mamaria izquierda.

El presunto homicida, José Borrego Fernández, de 47 años, había estado discutiendo, según pudo saber la policía, con su víctima en la cafetería de la calle de Mesón de Paredes; el tema de la discusión fue, al parecer, el pago de las copas que se habían bebido. Después de salir del local y cuando el señor González estaba cerca de la boca del Metro, el señor Borrego le dio varias puñaladas con una navaja que llevaba.

A la hora en que era detenido el presunto homicida, en la zona norte de Madrid se desarrollaba una espectacular persecución tras un automóvil Seat 132 en el que viajaban cuatro presuntos atracadores. La operación de captura había empezado sobre las doce menos veinticinco de la noche, cuando Francisco Quintana Rodríguez, propietario de la marisquería situada en la calle de Ubeda, 6, llamó a la policía para decir que acababa de ser asaltado en su establecimiento por tres personas. Según dijo, los asaltantes, que iban armados con una pistola y una escopeta, le amenazaron y se apoderaron de 180.000 pesetas antes de huir en el citado automóvil matrícula de Madrid, 7909-AH.

Inmediatamente fueron avisadas las unidades puestas especialmente por la Jefatura Superior de Policía tras los asaltos sufridos los pasados días en cafeterías y clubs, entre los que hay que reseñar el realizado el pasado sábado en el club Neskapolita en el que murió un cliente.

El cerco montado en la zona conseguía poco después que los ocupantes del Seat 132, que estaba denunciado como sustraído, fueran localizados en la calle de Arturo Soria, a la altura de López de Hoyos; aunque se les dio la orden de que se detuvieran, el vehículo continuó su marcha saltándose semáforos y metiéndose por calles de direcciones prohibidas. En la calle de Clara del Rey se perdió momentáneamente a los perseguidos, que fueron encontrados minutos después en la calle de Hermanos García Noblejas, en donde efectuaron varios disparos contra los policías perseguidores. Por último, en la calle de Argos, a la altura del número 5, el Seat 132 colisionó contra una farola, al parecer, por haber sido alcanzada una llanta por un disparo; el vehículo K de la Comisaría de los Cármenes que iba detrás se estrelló asimismo contra el Seat 132 y como consecuencia del choque los dos inspectores que viajaban en el interior sufrieron conmoción cerebral.

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Posteriormente y a medida que llegaban hasta cerca de treinta coches policiales a la zona, se lograba detener a Carlos Casado Rodríguez, de veinticuatro años, herido en el tórax de un disparo, que atravesó pulmón y afectó a dos costillas; Jesús Ramos Fernández, de veinte años, que fue llevado al Hospital Provincial Francisco Franco, con herida por arma de fuego en el brazo, que le rompió la humeral, y José Angel Domínguez Hierro, de la misma edad, que ingresó en el hospital con una herida de bala en el cuello y otra en la pierna. El pronóstico del primero era en la mañana de ayer grave, en tanto, según informaron en el Hospital, Francisco Franco, los otros dos padecían lesiones de pronóstico reservado.

No se logró, sin embargo, detener a una chica que al parecer viajaba en el Seat 132 y que se dio a la fuga cuando los presuntos asaltantes abandonaron el coche.

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