Compás de espera para la disolución de Izquierda Democrática
Tras rechazar su integración tanto en Unión de Centro Democrático (UCD) como en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Izquierda Democrática, partido que anima Joaquín Ruiz-Giménez, acordó en su tercer congreso, celebrado este fin de semana en Madrid, dejar abierto un plazo de 45 días para decidir definitivamente su continuidad o su disolución como partido político.En medios próximos a ID se interpreta esta decisión como una fórmula de última hora adoptada para guardar las formas y enterrar con dignidad las siglas del partido.
Esta interpretación ha sido confirmada por un alto dirigente de ID, el cual ha atirmado a EL PAIS: «El partido se ha disuelto, lo que falta es el acto formal de la disolución.»
Durante dos días, encerrados en un hotel madrileño, alrededor de ciento cincuenta delegados de ID se enfrentaron al problema fundamental del ser o no ser del partido, que venía planteándose con urgencia tras el fracaso en las elecciones legislativas del 15 de junio de 1977.
En su tercer congreso, que el propio Ruiz-Giménez no ha dudado en calificar como hamletiano, ID debió enfrentarse con cinco opciones: integración en UCD o en el PSOE; disolución, o continuidad como partido político o como club de opinión en espera de mejores circunstancias políticas. Las dos primeras opciones fueron ampliamente rechazadas en sendas votaciones, pero ni la disolución ni la continuidad, como partido o como club de opinión, lograron obtener una clara mayoría en medio de desordenadas y confusas votaciones. La solución adoptada a última hora fue dejar abierto el congreso hasta el 27 de enero y nombrar una comisión ejecutiva extraordinaria que deberá consultar en este período a las asambleas provinciales sobre la disolución o continuidad de ID.
Como presidente de dicha comisión fue nombrado Joaquín Ruiz-Giménez, y forman parte de la misma los cuatro senadores de ID: Manuel Villar Arregui, Benito Huerta, Alfonso Moreno de Acevedo y Patricio Gutiérrez Cano.
Las declaraciones hechas por los máximos dirigentes de ID a raíz del tercer congreso dejan entrever la inevitabilidad de la disolución. «No parecen darse en estos momentos las circunstancias para la continuidad de ID como partido político», ha declarado Joaquín Ruiz-Giménez. Por su parte, Manuel Villar Arregui, presidente del partido en el año último, ha declarado: «Creo, por encima de todo, en el perfil ideológico de ID. Lo que pongo en duda es que ese mensaje ideológico esté correspondido por un espacio político que se traduzca en otro electoral. »
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