Una huelga de árbitros complicaría la situación conflictiva
Los árbitros de fútbol están seriamente preocupados por los incidentes que se producen de forma continua en los terrenos de juego, y que tienen como principales protagonistas a los espectadores. La instalación de vallas en los campos no ha sido suficiente. Los propios árbitros han considerado que su paciencia tiene un limite y que se deben tomar medidas para solucionar los problemas.
«Una huelga de árbitros sería el último recurso que se podría adoptar para solucionar esta problemática, si no hubiese sido suficiente con otras medidas», ha comentado el árbitro madrileño de Primera División De Sosa Martín. Este colegiado no ha descartado la huelga. Otros compañeros suyos de categoría consideran que tal medida no solucionaría nada y sí complicaría la situación.Un aficionado murió en Las Palmas después de ser herido por un disparo de la policía, que tuvo que intervenir para resolver los incidentes producidos en un campo de fútbol. Un jeep de la policía penetró hasta el centro del campo del Albacete para sacar de él al árbitro. Nueve policías resultaron heridos. El alcalde de Albacete intentó denunciar al colegiado como alterador del orden público. El campo del Jaén fue clausurado durante una j ornada. En Málaga, los aficionados pretendieron, el domingo, echar por tierra las vallas y un juez de línea fue herido en la cabeza al recibir una pedrada. El mismo día, en Cáceres, los aficionados agredieron a los jugadores del equipo contrario, el Levante, y rompieron los cristales de su autobús, que hubo de ser protegido veinte kilómetros. En Huelva se lanzó a otro juez de línea una botella de vino de litro y medio, y en Lérida el coche del árbitro fue destrozado. En el campo del Manzanares, un aficionado fue denunciado por el lanzamiento de una botella dirigida a un linier. El policía, en primer lugar, le recriminó la acción sin más. Los aficionados que rodeaban al lanzador de la botella exigieron la denuncia. La policía se limitó a tomar nota de sus datos y cinco minutos después pudo sentarse de nuevo en su localidad.
Todas estas acciones han caldeado de preocupación el ambiente arbitral. «Existe preocupación por el aumento de las agresiones. Las situaciones cada vez son más graves. Hay que tomar medidas», asegura De Sosa Martín.
«La forma más idónea para ayudar a los árbitros y evitar estas situaciones es mentalizar al público», comentó José Plaza, presidente de, los colegiados. Todos los árbitros coinciden en esta apreciación. «Todo está enrarecido. Y el fútbol no es ajeno a esta situación», ha dicho el colegiado valenciano de Primera División Fandos. «Hemos cambiado todos porque la situación de España es otra», asegura el vizcaíno Urizar, que el próximo domingo dirigirá el difícil Barcelona-Atlético de Madrid.
Urizar recibió un golpe en la cabeza, al lanzarle un bote, en el Celta-Real Madrid. «No llegué a caer al suelo. Después me dolió bastante la cabeza. Tuve que ir al médico. No podemos ser mártires. Pero nos exponemos a cualquier peligro.» «Existe disgusto entre los árbitros -explica Fandos- La situación a que hemos llegado es de auténtico pánico. Pero nos han parido así. Habrá necesidad de tomar medidas.»
Además de mentalizar al público, los árbitros consultados considéran que la policía debe de actuar de otra manera, con más dureza. Se ha pensado en la posibilidad de que los medios informativos eliminen las críticas de las actuaciones arbitrales, Es posible que se plantee una jornada reivindicativa en la que los árbitros luciesen brazaletes blancos. En Vizcaya, donde la fuerza pública no asiste a los partidos, son los propios directivos los que se responsabilizan del orden. Y han disminuido los incidentes. Podría ser otra solución, «La solución más fácil sería que los árbitros pitasen siempre a favor de los equipos de casa», comenta José Plaza con cierta resignación y desánimo. Pero tal actitud no pertenece a la ética esencial de un colegiado.
Los árbitros, pese a estas graves situaciones, no son profesionales. Son aficionados que podrían marcharse a casa en cualquier momento. Son árbitros por afición y vocación. No se puede hablar de un negocio. Basta comprobar sus ingresos.
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