Tres jóvenes, muertos en un accidente de montaña en Navacerrada
Tres jóvenes resultaron muertos a primera hora de la tarde del domingo a consecuencia de un accidente de montaña que se produjo en la sierra de Navacerrada, en la zona situada en la ladera norte de Cabezas de Hierro. José Luis y Alfonso Sarmentero, hermanos, de veinticinco y veintiún años, y Miguel Ángel Aceintuno, igualmente de veintiuno, formaban parte de un grupo de chicos y chicas que habían acudido a la sierra a pasar el día festivo en las estribaciones montañosas de Navacerrada, donde ya hay nieve abundante.
Los tres jóvenes pertenecen a la Federación Castellana de Montañismo. La causa del accidente fue una enorme capa de hielo, al parecer no visible, por la que se deslizó José Luis Sarmentero. Su hermano Alfonso y Miguel Ángel Aceintuno pretendieron auxiliarle, corriendo la misma suerte.Sobre las tres de la tarde de ayer concluyeron las operaciones de rescate de dos de los tres montañeros que se habían accidentado el domingo entre los picos de la sierra de Navacerrada, conocidos como Cabezas de Hierro. En opinión de los expertos, la muerte de los hermanos José Luis y Alfonso Sarmentero y Miguel Ángel Aceintuno fue instantánea, dada la gran cantidad de salientes rocosos que existen en la empinada ladera por la que se deslizaron en el accidente, y no respondió a ninguna imprudencia.
Según declaró ayer a EL PAÍS Miguel Arias, delegado gubernativo del Puerto de Navacerrada y Cotos y presidente de la Asamblea de la Cruz Roja del Guadarrama, el accidente tuvo un desarrollo distinto al que inicialmente se divulgó. «En realidad, primero se accidentó uno de los dos hermanos, que habían acudido a la sierra acompañados de dos chicas, y en aquel momento efectuaban una marcha entre las dos Cabezas de Hierro. Se deslizó por la ladera norte y sus compañeros le perdieron de vista. Ante ello, su hermano trató de descender, a fin de localizar el sitio hasta el que había caído y él mismo cayó. Posteriormente, compareció otro grupo de cuatro jóvenes, uno de los cuales quiso, a su vez, localizar a los dos hermanos, y corrió la misma suerte. Los cuerpos de los tres muchachos distaban unos cuarenta metros entre sí.» En principio, se pensó que el origen del accidente había sido una imprudencia, pero el señor Arias piensa que tal versión no es exacta. «La clave del suceso fue una enorme placa de hielo que no era visible. Todos los accidentados tenían carnet de la Federación de Montañismo, y además iban provistos del adecuado equipo, lo que no implica que en el momento del hecho estuvieran escalando, sino que se limitaban a hacer una marcha. Ni iban mal pertrechados ni, repito, podía considerárseles unos inexpertos.»
Tampoco piensa Miguel Arias que el suceso fuera fácilmente evitable. «La zona por la que discurrían los dos grupos está nevada, y el principal problema era la invisibilidad de la placa de hielo. Técnicamente esa placa implicaba que, si no se retrocedía a tiempo, luego era imposible dar marcha atrás. Esto último fue lo que, en realidad, debió de suceder a los tres accidentados. La imposibilidad de prevenir el peligro por separado avala esas dificultades de localizar la placa a las que antes me refería. Porque no fue, recordémoslo, un accidente simultáneo, sino sucesivo.»
Para el delegado gubernativo en Navacerrada y Cotos, la desgracia es una consecuencia directa de la rápida acumulación de nieve en la zona. Dicha acumulación ha impuesto grandes cambios en la orografía de la misma, y ha sido causa directa de otros accidentes leves. Por ello aconseja que el terreno sea reconocido con una máxima prudencia, sin olvidar la inestabilidad del suelo ni el peligro de otras placas como la que provocó la triple desgracia.
Las tareas de rescate tuvieron dos fases. El domingo los equipos de la Guardia Civil y la Cruz Roja, reforzados por grupos de vecinos de Rascafría y de los pueblos de Valcotos y Valdesquí, lograron recuperar el cadáver de uno de los hermanos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.