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Esquí

El cese de Carballo puede acentuar la crisis de los equipos nacionales

Antonio Guerrero

Uno de los mejores técnicos de Europa, en cuanto a preparación física se refiere, es el español Manolo Carballo, que hasta hace muy poco fue el responsable de ello en los equipos nacionales de esquí. Separado de éstos por ciertos «afanes de renovación» -cuando él utiliza los sistemas más modernos y codificados- se siente extrañado de que, cuando se había llegado a una perfecta coordinación entre él y los corredores, y su sistema daba frutos positivos, le hayan echado.

Según Manuel Martos, presidente del Comité Alpino, el cambio de Carballo no obedece a una supuesta «medida disciplinaria», como en un principio se había rumoreado, sino que, sencillamente, la Federación Española de Deportes de Invierno había creído necesario renovar los cuadros de preparadores intentando de este modo actualizar y comparar ideas y métodos nuevos.Sobre estas afirmaciones de Martos, Carballo puntualiza que «todos los afanes de renovación son positivos, pero no tenía noticia de que hubiera que mejorar drásticamente el sistema de preparación física. Considero que mis sistemas están superactualizados y son tan valiosos o más que los utilizados por otros equipos europeos».

«Los sistemas de entrenamiento físico en el esquí -sigue Carballo- están atrasados. Solamente esquiando no se logra una buena condición física. En este sentido intenté poner en práctica un sinfín de sistemas muy novedosos, los cuales fueron prohibidos por la dirección técnica, el señor Favre, desde Francia, y que más tarde fueron utilizados por otros equipos que, después de estudiar nuevos sistemas, llegaron a las mismas, conclusiones a las que yo había llegado hacía mucho tiempo y que me habían impedido realizar.»

Sobre la continuidad de sus métodos, Carballo dice que «lo triste es tirar a la basura cinco años de trabajo. He podido, durante ese tiempo, estudiar y desarrollar un sistema de preparación coherente y moderno del que, en la actualidad, se partirá desde cero, porque prácticamente no ha quedado ninguna información en la FEDI al estar toda en mis manos». (Como el sistema de «transferencia» de cualidades de la preparación física al deporte en cuestión.)

Carballo opina que «realmente todo ha sido por un afán de cambio más snob que práctico, sin intención de ofender a nadie».

La verdad, sin embargo, es que estos cambios no se han producido nada más que a nivel de preparador físico, ya que los entrenadores franceses (a los que sí que convendría cambiar) siguen casi todos en su puesto. Además, a Carballo pensaban cambiarle desde mucho tiempo antes de comunicárselo.

«Yo me enteré de mi cese -dice- cuando ya habían hecho toda la planificación en la que, por su puesto, no había participado. Es más, ni me había enterado de que la estaban haciendo.»

Al responder a la pregunta de cuál es, su juicio, la causa o las causas posibles que provocaron su «separación» del equipo, dijo que «durante la época de entrenador se me llegó a acusar, por las altas jerarquías, de «convivir excesivamente» con los corredores. Me pedían más autoridad y mano dura, pero seguí actuando por convicción, explicando a los chicos siempre el porqué de mis decisiones, y los resultados fueron buenos. Su comportamiento fue ejemplar. Jamás necesité mano dura para que los muchachos "marcharan" estupendamente».

Con la marcha de Carballo se abre otra brecha más en el maltrecho estado del esquí, español. Los equipos nacionales han perdido a uno de los mejores preparadores físicos que existen y con ello van perdiendo, poco a poco, las pocas posibilidades que tienen de volver a ser alguien en la Copa del Mundo.

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