Se quema viva.
Esta mujer, hasta el momento no identificada, roció su cuerpo de gasolina frente a la sede de las Naciones Unidas en Ginebra y permaneció en la misma actitud hasta que las llamas acabaron con su vida. La policía todavía investiga las razones del suicidio, que dejó horrorizados a los funcionarios ginebrinos de las Naciones Unidas.
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