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Tensión en la Mutua de Seguros del INI (Musini) tras el cese de su consejero-delegado

El cese fulminante del consejero-delegado de Musini (Mutua de Seguros del Instituto Nacional de Industria), Ernesto Caballero, acordado el jueves de la pasada semana por el consejo rector de la entidad, ha provocado una cierta tensión en el seno de la empresa y muy especialmente en determinados sectores del Cuerpo de Inspectores Técnicos de Seguros, del que el señor Caballero es miembro supernumerario. Las versiones facilitadas a preguntas de EL PAÍS por las distintas partes implicadas son contrapuestas, pero todos coinciden en señalar el origen del cese en los continuos enfrentamientos registrados entre el consejero-delegado y el presidente de la sociedad, Alvaro Muñoz.

Desde hace varios meses las discrepancias entre los dos máximos responsables de Musini habían derivado a enfrentamientos personales, hasta el punto de que ambos habían señalado a los dirigentes del INI su total y absoluta incompatibilidad. Ya durante el mandato del anterior presidente del Instituto, Francisco Giménez Torres, se intentó hallar una solución al tema, pero el cambio de Presidente retrasó el veredicto final. Poco después de hacerse cargo del holding, el actual presidente, José Miguel de la Rica, tuvo conocimiento del tema, tras lo que abrió un período de información sobre la situación en la empresa y muy especialmente sobre el origen de los enfrentamientos. Asimismo, el señor De la Rica celebró varias entrevistas con los señores Muñoz y Caballero.A lo largo de las últimas semanas se intentó hallar una solución de compromiso al tema. En principio se ofreció a Ernesto Caballero ocupar la vicepresidencia de Musini, ya que se consideró más conveniente reforzar las funciones ejecutivas del presidente, al que los responsables del INI conceden mayor capacidad de gestión empresarial, frente al superior conocimiento estrictamente técnico del hasta hace poco consejero-delegado. El ofrecimiento fue rechazado por el señor Caballero, quien se negaba sistemáticamente a aceptar cualquier alternativa que no significara su permanencia en el puesto.

Tras unas tensas jornadas, en las que se sucedieron numerosas presiones políticas y corporativas respecto de la resolución final, cerca del equipo directivo del INI, se adoptó la decisión final de proponer al consejo rector de la empresa el cese del señor Caballero en sus funciones, una vez fracasado un último intento de concordia, al serle ofrecida al consejero-delegado una excedencia de seis meses, durante los que pudiera dedicarse plenamente a la organización del Congreso Mundial de Seguros, que se reúne en Madrid el próximo mes de octubre, y demás actividades relacionadas con su cargo de secretarlo general de la Asociación Internacional de Seguros. Esta posibilidad fue rechazada a última hora por el señor Caballero, tras haberse mostrado en principio conforme con ella. El cese se acordó Finalmente en la reunión del consejo rector de Musini celebrada el pasado día 21.

El señor Caballero y diversos miembros del cuerpo al que pertenece insisten en presentar el cese como una separación del profesional frente al político. Fuentes del INI han señalado a EL PAÍS que no existe cambio de criterio al respecto y se mantiene inalterable el propósito de profesionalizar las empresas del holding. Las mismas fuentes señalan que han sido criterios estrictamente empresariales los que han motivado la resolución final y mostraron su extrañeza por las imputaciones del señor Caballero y sus compañeros de cuerpo, cuando han sido precisamente en su favor las presiones políticas surgidas en torno al tema.

Diferencias sobre la interpretación de estatutos

A partir de la reunión del consejo rector de Musini de la pasada semana, en cuyo transcurso se produjo la dimisión verbal -posteriormente ratificada por escrito- del consejero en representación del INI, Joaquín Tejero, que es al mismo tiempo decano del cuerpo a que pertenece el señor Caballero, la situación en la empresa se considera en vías de estabilización. Las funciones del señor Caballero, que era director general de la sociedad, además de consejero delegado, han sido asumidas por el presidente en tanto no se decida cubrir los indicados cargos. En torno a todo ello se ha producido una cierta discrepancia a la hora de interpretar los estatutos de la mutualidad, ya que el cesado estima que no procedía hacerlo de este modo y que el orden del día de la reunión del consejo debería haber especificado el tenía, en lugar de indicar «Modificación orgánica y nombramiento de directores».

Gestación e historia de la empresa

Musini se constituyó en 1968, participando directamente en su promoción Ernesto Caballero, a la sazón asesor de seguros del Instituto Nacional de Industria, cargo que continúa desempeñando. Al iniciar su funcionamiento la sociedad, el señor Caballero fue designado consejero-delegado y director general, asumiendo el pleno control de la empresa, ya que los tres sucesivos presidentes hasta la llegada del actual comparten dicho cargo con otros, dentro o fuera del INI. En esas tres etapas los presidentes no tienen más función que la estrictamente representativa. sin ningún carácter ejecutivo. A partir de la llegada del señor Muñoz -cuarto presidente de la sociedad- surgen las discrepancias, sobre todo como consecuencia de las pretensiones de éste para ejercer funciones ejecutivas.Ernesto Caballero es prácticamente el máximo rector de Musini hasta 1976. Durante ese período la sociedad presenta un crecimiento medio anual del 5% con buenos resultados en sus cuentas. Algunas actuaciones del señor Caballero son objeto de dispar interpretación. Hace poco más de dos años designa a su hijo, recién superada la oposición al Cuerpo de Inspectores de Seguros, jefe del servicio de estudios de la empresa y adjunto a la dirección general. Posteriormente, Ernesto Caballero, Jr. es nombrado subdirector general cargo que ocupa en la actualidad. Otros familiares allegados al consejero-delegado ocupan también alguna de las plazas en plantilla de la mutualidad. También destinados personas de la plantilla de Musini a labores relacionadas con la Asociación Internacional de Derecho de Seguros, de la que es secretario general y especialmente para lo relacionado con la organización de su congreso mundial, que se reunirá en Madrid el mes de octubre. Los archivos de la asociación ocupan también dos despachos de la sede social de Musini.

Por su parte, Alvaro Muñoz, presidente de Musini, es abogado del Estado en ejercicio, con destino en el Tribunal Económico Administrativo Central. En 1973 fue designado por Claudio Boada secretario general del INI, pasando después a ocupar la Subsecretaría de Industria, con el ministro Alfonso Álvarez de Miranda. Tras la muerte del general Franco y al cesar el Gabinete, el señor Muñoz pasa a desempeñar la presidencia de Musini y posteriormente se incorpora los consejos de varias sociedades del holding. Al accedera la presidencia de Musini, el señor Alonso recibe poderes ejecutivos del INI, por lo que se produce una cierta dualidad de facultades con el ya consejero-delegado, propiciada sobre todo por los rectores del Instituto, que dejan transcurrir los años sin resolver el tema. Desde 1973, el señor Muñoz es consejero del broker Morize Tozer, entidad dedicada al reaseguro de nurnerosas pólizas de enipresas del INI desde prácticamente la constitución de Musini.

Según ha podido constar EL PAÍS, el señor Muñoz solicitó al PAÍS, el señor Muñoz solicitó al acceder al cargo de secretario general del INI, en el mismo año 1973, la aplicación del decreto-ley de 1955 sobre suspensión de funciones para los consejeros de sociedades anónimas; en todos estos años, hasta que el consejo de Morize Tozer dimitió en pleno ante la junta general universal de accionistas, en enero pasado, el presidente Musini no solicitó la rehabilitación. Anteriormente, el señor Muñoz desarrolló labores gerenciales en la empresa Acerinox, por espacio de dos años.

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