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Los enormes fallos defensivos del Madrid no impidieron su pase a la final

Los enormes fallos defensivos que cometió durante todo el partido estuvieron a punto de dejar en la cuneta al Madrid en la primera semana del torneo de Palma. Fue sorprendido por el Racing White, que se adelantó con dos goles en el marcador. El mérito del Madrid estuvo, como siempre, en su espíritu de lucha, que hizo no desanimarse ante tan adversa circunstancia. Dos magníficas acciones de Aguilar proporcionaron dos goles a Juanito, y Del Bosque, a tres minutos del final, evitó los penalties.El Madrid se vio desarmado en la primera mitad por el excelente planteamiento de pases al hueco de su rival, que produjo en la defensa blanca una cantidad enorme de agujeros y provocó sucesivas situaciones de gol para los belgas, que fueron bien aprovechadas. El Racing White, de forma evidente, con un fútbol fluido, sencillo y de fácil desmarque, destrozó el endeble sistema de cobertura madridista.

El desconcierto atrás del Madrid hundió a todo el equipo, que apenas pudo sacudirse el dominio belga. Benito, sobre todo, fue un auténtico coladero, y tuvo que recurrir a las marrullerías para paliar su nula eficacia. En una de sus tremendas entradas, el central se cargó al extremo Cnobs. Benito había desenterrado su peligrosa pierna y lesionó de gravedad al jugador del Racing. Era el signo más claro de la impotencia. El Madrid, por entonces, sólo se mostraba como una débil caricatura de equipo. Sin embargo, Juanito acertó a colocar el balón en la red tras una espléndida jugada de Aguilar, y lo que pudo ser debacle madridista sé convirtió en mínima desventaja antes del descanso.

Benito tuvo que quedarse en la caseta

Molowny, con buen criterio, dejó en la caseta a Benito y le sustituyó por Isidro, que se situó de lateral izquierdo. San José pasó a la derecha Y Sol al centro con Pirri. Recompuso, pues, su maltrecha línea de retaguardia y el equipo funcionó algo mejor, aunque de vez en cuando la inseguridad por el centro de la defensa siguió proporcionando más sustos a Miguel Angel.

Llegó entonces otra afortunada intervención de Aguilar, que originó el nuevo tanto de Juanito. La igualada, dificil de prever por el resultado adverso, como consecuencia del mal juego blanco, se había logrado. El Madrid entonces dio su mejor imagen, y hasta Jensen, muy apagado siempre, se entonó, mientras el germano Stielike fue el único capaz en el centro del campo de vitalizar el contragolpe madridista. Se lanzó entonces el equipo de Molowny a por un nuevo tanto, coreado por el público, y a tres minutos del final Del Bosque evitó el sufrimiento de los penalties.

En resumen, mal partido en su aspecto global del Madrid, que superó su propio mal juego gracias únicamente a su conocido espíritu de sacrificio, armas que nunca abandona. Molowny, no obstante, habrá visto alertado cómo su defensa puede convertirle la temporada en un auténtico calvario. Se impone el cambio de hombres atrás. Lo malo es que no hay más donde escoger.

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