Dureza en la final de consolación
La final de consolación entre el Coruña y el Fluminense tuvo tintes dramáticos. Mateos, entrenador local, llegó a saltar al terreno de juego para implorar serenidad. Y la cosa no fue para menos. Hubo entradas terroríficas por parte de los jugadores de ambos bandos y pérdida de los papeles por parte del árbitro. Así, un partido que tenía que haber sido de exhibición se convirtió en el espectáculo amargo y rudo.El Coruña no se amilanó en ningún momento por la superioridad del contrario. Incluso salió lanzado en pos del gol. El Fluminense, una vez que tranquilizó su juego, ejerció un dominio sobre el campo que le llevó a adelantarse en el marcador. Comenzaron las jugadas duras, Y como medida de precaución cada entrenador retiró a Gallego y Geraldo del campo. Durante diez minutos ambos habían mantenido una batalla particular en la que el balón fue lo de menos.
El empate supuso aumentar la moral de los jadores locales, y el gol que encajaron en contra, un revulsivo para echar el resto. Los brasileños atendieron menos entonces al juego preciosista y pusieron precio a las piernas de los jugadores contrarios. El resultado fue un aluvión de tarjetas v una expulsión tras momentos de gran tensión entre todos los protagonistas del encuentro. Fue un triste Final de lo que tenía que haber sido un partido de guante blanco y bonito.
Castro, el mejor jugador dial torneo
El delantero coruñés Alfonso Castro fue designado el mejor jugador del torneo, trofeo que se otorga mediante votación de todos los medios informativos acreditados en La Coruña. Castro superó por escasa puntuación al madridista Stielike. Otro trofeo concedido fue el del jugador que marcó el gol más tempranero de los cuatro partidos, que recayó en el madridista Juanito, autor de un tanto en el minuto once frente al Coruña.
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