A El Pimpi no hay quien lo pare
A las intervenciones antirreglamentarias durante la suerte de varas El Pimpi, contratista de caballos de la empresa de Las Ventas, que hace también de monosabio, añade una actitud insolente con el público. Y así un día y otro.En la novillada de feria dirigía a lidia de la forma que ya contamos aquí, en la crónica correspondiente. Durante la corrida de Beneficencia se encaraba con el público de tendido mediante palabras y ademanes provocadores. El día de la corrida de la Prensa sujetaba a los caballos o los empujaba para contrarrestar la fuerza del toro. Y luego profirió ofensas irreproducibles contra la profesión periodística, dirigidas a unos compañeros, quienes ha cían su trabajo informativo, sin meterse con nadie, en la delantera baja del 3.
El domingo no corrigió sino que aumentó estas actitudes intolerables y de nuevo sujetaba los caballos por el bocado durante la suerte, insultaba al público, alborotaba por el callejón. Parece como si este robusto caballero operara desde la impunidad, por lo que empezamos a sospechar que no hay quien lo pare.
Pero además está la realidad de la cuadra de caballos que utiliza, que es una de las peores de España. Algunos de estos caballos se llevan cornadas sencillamente porque no sirven para la suerte de varas. Uno de los cobaledas del domingo hirió a un caballo, pues al picador le fue imposible dominarlo y se colocó aquél al descubierto, de manera que le embistió el toro por la parte que menos protege el peto.
El descaro es que ahora presente El Pimpi facturas por los caballos muertos como consecuencia de las cornadas. La que ha hecho llegar a la Asociación de la Prensa es de 40.000 duros. He aquí otro perfil de la picaresca. Utiliza como si fueran selectos caballos para la lidia los que nada más valen para el tiro, y cobra por ello. Y si, como es probable (pues carecen de toda agilidad) caen heridos, vuelve a cobrar. Lo que no sabrá El Pimpi.
Sin embargo, hay dos cuestiones que no están claras: primera, cómo tiene tanto protagonismo en las Ventas el contratista de caballos, cuando es la empresa de la plaza la única responsable de la cuadra, según expresamente se indica en el reglamento; segunda, a qué espera la autoridad para impedir las intervenciones de El Pimpi en la lidia y sus provocaciones.
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